Xavier Gabriel, el lotero que reparte suerte en La Bruixa d´Or

Xavier GabrielXavier Gabriel Lliset nació a las 1l de la mañana del 22 de marzo de 1957 en el pueblo leridano de Sort, donde sus padres regentaban un estanco. Su madre, ya viuda, todavía está al frente de este negocio. Hijo único, Xavier fue a la escuela pública de Sort y pasaba los veranos con sus abuelos maternos, que vivían en la población leridana de Figuerola d'Orcau. A los 16 años, dejó los estudios para ponerse a trabajar. Entró como botones en una sucursal de Lleida de la Caja de Crédito para la Vivienda. Ganaba un sueldo de 4.985 pesetas al mes, que no le llegaban para pagar la pensión completa del hostal en el que se alojaba, que subía a 5.100 pesetas. Por suerte, como él mismo explica en un libro autobiográfico que escribió en 2002, “mis padres cubrían los gastos personales, que incluían un décimo semanal de la Lotería Nacional. Nunca me tocó un premio millonario, pero desde entonces conservo la ilusión Por el mejor de todos los juegos”. En aquel primer trabajo, Gabriel dejó entrever su ambición porprosperar laboralmente. Con interés y esfuerzo, ascendió a auxiliar administrativo. A los 21 años, hizo el servicio militar obligatorio en Tenerife, destinado a la Policía Militar. Nada más llegar, el capitán le encomendó la misión de cambiar la caserna en un plazo de poco más de un mes. Amante de los retos y con capacidad organizativa, Gabriel consiguió que su compañía tuviera bar, restaurante, vehículos nuevos para patrullar, más permisos y que los soldados trabajaran más a gusto.

Después de licenciarse, volvió a trabajar como administrativo. Fue empleado del Banco de Navarra y Banca Catalana y, a los 28 años, cuando ya llevaba varios años casado con su esposa, Rosa, y tenía un hijo de dos años, también llamado Xavier, consiguió el traslado a una oficina bancaria en su pueblo, Sort. Pero su futuro no estaba en la banca. Emprendedor, arriesgado y bien dotado para las cuestiones comerciales, a mediados de los años 80 Gabriel introdujo los deportes de aventura en el Pirineo. Su empresa -Pallars Aventur- ganizaba actividades de rafting, barranquismo o puenting. Estos deportes son ahora muy populares y se practican en muchos lugares, Pero entonces se trataba de actividades prácticamente desconocidas y que muchos criticaban. Gabriel se dio cuenta de que, si quería tirar adelante su negocio, tendría que promocionarlo a través de los medios de comunicación. Un día llamó a una televisión para decirles que un ejecutivo se lanzaría al vacío desde un puente. Horas después, vestido con traje y corbata y con el arnés de seguridad puesto, era el propio Xavier Gabriel el que saltaba. Dos años más tarde, según él mismo cuenta, una multinacional compró esas imágenes para un vídeo de promoción de productos de limpieza.

Después de un tiempo de arduo trabajo y cuando los deportes de aventura empezaban a ser conocidos y practicados, Pallars Aventur se fue al garete. Según algunos, la empresa pasaba por momentos críticos; según Gabriel, el problema fue que los socios no hicieron la ampliación de capital necesaria para construir un albergue. En cualquier caso, tuvo que despedirse de los deportes de aventura.

El 16 de agosto de 1986 obtuvo su primera licencia para abrir una administración de lotería en Sort. Era una decisión arriesgada porque el negocio no parecia prometedor. “Al principio, como estaba obligado a vender un mínimo de décimos para mantener la oficina, se pasaba la semana recorriendo el Pirineo, de Vielha a Isona”, recordaba su madre en una entrevista a un periódico de Barcelona.

Efectivamente, hace 16 años, Loterías y Apuestas del Estado exigía vender un mínimo de 250.000 pesetas semanales en décimos para mantener abierta una administración. Gabriel, muy aficionado a la conducción rápida, hizo miles de kilómetros para vender los boletos de su establecimiento, que primero se llamó L´Estel (en castellano, significa, la estrella) y que luego cambió, porque en Cataluña había muchos comercios de lotería que se llaman así, por el de Stop. El objetivo de este nombre era que los visitantes del pueblo de Sort se detuvieran para comprar números, pero, cuando Gabriel vio que algunas personas se confundían y pensaban que la administración era una autoescuela, volvió a cambiar el nombre. El de La Bruixa d'Or (La Bruja de Oro) fue una intuición y ha sido el definitivo y el que parece haberle traído la buena suerte. En el local puso una bruja de más de dos metros, pintada de color dorado. Los clientes se acostumbraron a pasar los décimos que habían comprado por cualquier parte de la superficie del muñeco. Según Gabriel, es la bruja quien le “chiva” los números afortunados. El primer golpe de suerte que tuvo este hombre que dice ser amigo personal de Fidel Castro fue un tercer premio de Navidad en 1991, en el que repartió unos 3.000 millones de pesetas por toda la comarca. Un año antes, el empresario había hecho un viaje de 70 días a la selva amazónica de Venezuela y Brasil. La expedición, integrada por siete catalanes y ocho venezolanos, dio lugar a un documental titulado “Neblina”. Gracias a la labor comercial de Gabriel, lo compraron TV3 y televisiones sudamericanas, japonesas y alemanas.

El primer gran éxito de Xavier Gabriel como lotero fue el 5 de enero de 1994 cuando repartió 10.000 millones de pesetas en el Sorteo del Niño con el número 08.036 ( lo había escogido porque era el código postal de un amigo suyo que vivía en Barcelona), que vendió en Figuerola de'Orcau. Después de aquel primer premio, las ventas (la comisión para el lotero está entre un 1 y un 4 por ciento) crecieron un 20 por ciento, casi el doble de lo habitual en estos casos. Gabriel aprovechó el momento. Quería llegar a tener una de las 30 primeras administraciones de lotería del Estado y optó por pisar el acelerador de la promoción y el márketing. Fue el primero de su gremio en tener visión de futuro y creó una página web propia. A finales de 1995, la iniciativa era muy atrevida para un pequeño negocio del Pirineo leridano.

La ciberlotería supuso la eclosión definitiva de su negocio. La clientela se disparó y traspasó fronteras, proporcionándole clientes desde Australia, Canadá o Japón. En el sorteo de 1996 su administración repartió una lluvia de 7.000 millones y, en 1999, tuvo un segundo premio de la lotería de Reyes, con el que distribuyó 4.200 millones más.

Para entonces, hasta el pequeño pueblo de Sort peregrinaban miles de personas para comprar décimos. No sólo boletos, sino toda una serie de productos de mercadotecnia: libros de cuentos de la bruja dorada, discos con canciones, vídeos, pins, figuritas, adhesivos, escobas... En dos años consecutivos, el 2000 y 2001, La Bruixa d'Or repartió dos premios grandes de Navidad, gesta que volvió a repetir el 2003, con el primero y un quinto premios. Este año, la administración de Gabriel (donde sólo trabajan cuatro personas) había vendido .6.000 de los 65.000 números que entran en el bombo de la Lotería de Navidad. Como la lotería es cuestión de probabilidades, no es de extrañar que en 2004 la mitad de las series del primer premio -el número 54.600- se hayan vendido en Sort. “No me jubilaré hasta que consiga repartir, en un mismo año, el gordo de Navidad y el de Reyes”, asegura feliz este empresario que fuma puros habanos, hace paellas, pesca y disfruta de la compañía de sus perros. Su ilusión, dice, es hacer un parque temático sobre suerte y brujería en Sort. Como dice el anuncio, que la suerte le acompañe.


VÍDEOS DE Xavier Gabriel
A continuación podemos ver un vídeo de Xavier Gabriel :





Fotos de Xavier Gabriel:



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