Sor Sonrisa

Sor SonrisaJeanne-Paule Marie (Jeannine) Deckers nació en Bruselas el 17 de octubre de 1933. Nunca se llevó bien con sus padres y su adolescencia y juventud fueron algo conflictivas. En contra de los deseos de su familia, estudió Bellas Artes en la Universidad de Lovaina, tras lo que empezó a trabajar como profesora de arte, pero, quizás buscando su vocación o en un arranque de rebeldía, en 1954, ingresó en el monasterio de Fichermont en Waterloo, donde adoptó el nombre religioso de sor Luc-Gabrielle, curiosamente derivado de los nombres de sus padres, Lucien and Gabrielle.

Durante su estancia en el convento, donde, tiempo después, aseguro que había pasado los mejores años de su vida, la hermana Luc-Gabrielle escribió un buen número de canciones y melodías de temática religiosa que la hicieron destacar entre sus compañeras.

Las responsables de la orden, puestas en contacto de algún modo con directivos del sello discográfico Philips, pactaron la grabación de varias de esas canciones para darlas a conocer al mundo como parte de su trabajo pastoral. Sin embargo, la empresa vio un filón y le propuso a la hermana Luc-Gabrielle firmar un contrato más sustancioso para todas las partes.

Los términos de ese acuerdo y el modo en que se firmó son todavía un misterio, pues se dice que la orden religiosa fue quien negoció las condiciones, imponiendo quedarse con los derechos de autor de las canciones, ya que el voto de pobreza -primordial entre las dominicas- prohibía a la monja atesorar bienes materiales. Además, se pactó que el rostro y el nombre de la religiosa no fuesen revelados. Así, sor Luc-Gabrielle, que aseguraba haber firmado la documentación sin leerla, se convirtió en Sor Sonrisa, un nombre comercial que hacía más llamativo un disco en cuya carátula no aparecía su intérprete, en contra de lo que suele ser habitual, sobre todo, entre los artistas noveles.

En 1963, su primer sencillo, “Dominique” -una pegadiza cancioncita en homenaje a Santo Domingo, el fundador de su orden- se convirtió en uno de los mayores éxitos comerciales del año, llegando al número uno en las listas de Estados Unidos, donde Sor Sonrisa era conocida como “La monja cantante”. La misteriosa hermana dominica se mantuvo en los primeros puestos de la clasificación de ventas durante 10 semanas y “Dominique” llegó a desbancar al mismísimo Elvis Presley y empañó el éxito del hoy mítico “Louie Louie” de The Kingsmen. Hasta el famoso ”Show de Ed Sullivan” desplazó un equipo hasta Bélgica para grabar un programa sobre ella desde el mismo convento.

Obviamente, el secreto de su verdadera identidad no hacía más que aumentar el interés por ella, provocando que empezasen a circular todo tipo de rumores, sobre todo, que la belleza de su voz no era nada en comparación con la de su físico, pero que su fe y su amor por Dios eran tan grandes que ningún hombre llegaría jamás a hacerla dudar de su vocación.

Como no podía ser de otra manera, Hollywood llevó a la gran pantalla su “historia”, que en realidad no era más que una ficción protagonizada por Debbie Reynolds en la que la virginal religiosa parecía estar a punto de colgar los hábitos por un antiguo amor interpretado por Chad Everett, pero finalmente decidía seguir ayudando a los niños pobres y/o enfermos con sus canciones. Nada más lejos de la realidad. Tal vez agobiada por el éxito o quizás en una treta comercial, la hermana Luc- Gabrielle se retiró durante un año de la atención pública, dedicándose al estudio y a la composición de nuevas canciones.

Mientras ella cursaba Teología en la Universidad Católica de Lovaina y se cuestionaba el sentido de su vida, el público, los productores y la orden religiosa esperaban volver a repetir el éxito del primer disco, pero, contra todo pronóstico, en 1966, Sor Sonrisa decidió volver a ser Jeannine Deckers, abandonando el convento, para más inri, en compañía de otra monja, Annie Pecher, que se había convertido en su pareja estable después de otras relaciones homosexuales, según explicaría la propia ex religiosa años después.

El contrato con la casa discográfica Philips le prohibía utilizar el nombre artístico que la había hecho famosa, por lo que intento retomar su carrera musical con el nombre de Luc Dominique. Sus estudios de Teología y su paso por la universidad le habían abierto los ojos a maneras más modernas de entender la religión y la sociedad, convirtiéndola en una defensora a ultranza del Concilio Vaticano II y de los ideales del Mayo del 68.

Además, Jeannine creó para ella y para Annie -terapeuta de niños autistas cuyo libro de psicomotricidad es aún hoy una obra de referencia- una nueva forma de entender el cristianismo mediante una vida que se situaba entre la religiosa y la seglar.

En esta segunda etapa de su carrera artística, Jeannine sólo tuvo un éxito musical, aunque mucho más discreto que “Dominique”. Se titulaba “La Pilule d'or” (“La píldora de oro”) y era una oda a los anticonceptivos. Siguiendo la moda de la canción protesta de ritmos folk, en esa época, escribió temas más bien controvertidos en los que se dirigía a las madres, a los hombres -que ella consideraba dominantes y violentos-, a la Iglesia católica y al conservadurismo.

A pesar de estar haciendo, por fin, lo que quería, la nueva vida de Sor Sonrisa no fue en absoluto tranquila. El fisco belga le empezó a reclamar los impuestos por los millones que había ganado con sus discos, un dinero que ella jamás había visto, ya que había ido a parar a la orden religiosa a la que había pertenecido. Esta organización no confirmó esa información y Jeannine no tenía manera de demostrar que la habían engañado cuando firmó los contratos sin apenas leerlos, como explicaba en el libro que publicó en 1969, “Vivir su verdad. Diario de Sor Sonrisa”.

Aunque pudo superar aquel mal trago, las cosas no mejoraron para Annie y para ella. Habían conseguido crear un instituto para niños autistas, pero su precaria situación económica provocó que tuvieran que cerrarlo. Para sobrevivir, Jeannine daba clases de música y catecismo en la localidad de Wavre, cerca de Bruselas, donde vivía con Annie, pero, finalmente, la presión pudo con ellas y el 29 de marzo de 1985 las dos mujeres se suicidaron ingiriendo una gran dosis de barbitúricos mezclados con alcohol. En una sorprendente carta de despedida, la que fuera conocida por “Sor sonrisa” y su pareja expresaron su voluntad de ser enterradas juntas y por el rito católico y así se hizo.

VÍDEOS DE Sor Sonrisa
A continuación podemos ver un vídeo de Sor Sonrisa :





Fotos de Sor Sonrisa:



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