Rupert Murdoch

Rupert MurdochKeith Rupert Murdoch nació el 11 de marzo de 1931 en Melbourne (Australia). Su padre, sir Keith Murdoch, era periodista y confidente del primer ministro australiano Billy Hughes, y su madre, Elizabeth Joy Greene, era descendiente de una adinerada familia judía. Su privilegiada infancia le otorgó un sentimiento de liderazgo que le sería de gran ayuda en los negocios. Estudio en el exclusivo colegio Geelong Grammar School y, a los 8 años, se mudó, con su familia, a Inglaterra, siguiendo sus estudios en el Worcester College de Oxford, una institución para hijos de millonarios y aristócratas. La adolescencia de Rupert estuvo marcada por la estricta autoridad de su padre, empeñado en que su único vástago (tenía tres hermanas) siguiera sus pasos en el mundo de la comunicación.

A pesar de que le gustaba disfrutar de los placeres de la vida, Rupert se empapó en temas periodísticos y económicos por si algún día tenía que ponerse al frente de los negocios de su padre, como sucedió en 1952, cuando su progenitor falleció inesperadamente. La familia volvió a Australia, donde Rupert se hizo cargó de un periódico local llamado “The News”, que daría luego nombre al gran imperio multimediático del que ahora es dueño. Como la herencia era escueta y los impuestos elevados, sus comienzos fueron modestos. Sin embargo, el tesón, la constancia y la agresividad heredada de su padre le sirvieron para abrirse paso en los negocios. Tras unir su empresa a la de sir Lloyd Dumas, dueño del “Advertiser”, empezó a comprar diarios locales en diferentes puntos de Australia, convirtiéndose, con sólo 25 años, en uno de los hombres más poderosos e influyentes, tanto a nivel económico como político. En 1956, se casó con Patricia Booker, una rubia y guapa dependienta con la que, tres años después, tuvo a su primera hija, Prudence. Pendiente a todas horas de lo profesional, Murdoch descuidó la vida de familia, a la que intentaba compensar del abandono con todo tipo de regalos y comodidades. En 1956, había comprado su primera televisión, el Canal 9 de Adelaida, y, en 1964, se hizo con el “Australian”, el principal periódico australiano, que se convirtió en el buque insignia de un imperio que no había hecho nada más que empezar. Todavía estaba casado cuando empezó a tener relaciones con una joven becaria de uno de sus diarios llamada Anna Torv, de origen estonio, con la que se casó en 1967, al poco de haber obtenido el divorcio. Al año siguiente nació su hija Elizabeth. Públicamente, aseguro sentirse muy feliz por aquel nacimiento, pero en su fuero interno lo que más deseaba era un varón para que heredara su imperio.

En los años 60 se mudó con toda su familia a Gran Bretaña, donde empezó a adquirir los diarios más importantes del país, como el prestigioso “The Times”, el sensacionalista “The Sun” o el dominical de la prensa obrera “News of the world”, famoso por sus críticas a la Familia Real británica. Poco a poco, se fue granjeando fama de hombre duro, lunático, imprevisible, testarudo y prepotente, un conjunto imprescindible para mantenerse al frente de todo un imperio. En 1971, su sueño personal se vio realizado cuando nació Lachlan Keith, su primer hijo varón, que, tras seguir los pasos de su padre, dimitió el año pasado del consejo directivo de “News Corporation”. Al año siguiente su esposa le dio otra gran alegría con el nacimiento de James, que en la actualidad gobierna con mano firme una de las televisiones que el magnate posee en Inglaterra.

En 1973, Murdoch decidió potenciar sus negocios expandiéndolos a territorio americano, comprando el diario “San Antonio Express-News”, creó el “Star” -tabloide de supermercado de cotilleos- y su pieza estrella, “The New York Post”. Desde ese momento empezó a trabajar en tres continentes diferentes, viajaba permanentemente de un país a otro, mientras sus hijos estudiaban en los mejores colegios de Nueva York.

La ambición de Murdoch no tenía límites y, puesto a ser el número uno en los negocios de la comunicación, siguió comprando televisiones. Había varias piezas golosas en EEUU y, para sortear las limitaciones legales, en 1985, se nacionalizó norteamericano. Con este simple gesto tuvo vía libre para realizar inversiones superiores a los 2.000 millones de dólares, hecho que le permitió comprar los estudios de la Fox -productora de “Titanic” o “La guerra de las galaxias”- así como importantes canales de televisión locales que, con el avance de las nuevas tecnologías, ha convertido en digitales. En 1991, el imperio de Murdoch vivió su peor crisis cuando rozó la suspensión de pagos por su exceso de deuda, pero su habilidad empresarial le permitió remontar. En 1998, tras 31 años de matrimonio, Anna pidió el divorcio. Como presentó la demanda en California, donde las leyes establecen que ambos cónyuges han de repartirse los bienes a partes iguales, la expectación estaba servida.

El gran pastel estaba formado por 174 periódicos, decenas de canales de televisión, un estudio cinematográfico y, por supuesto, una fortuna personal que daba a Murdoch el tercer puesto en la lista de los más ricos del mundo. Tras una dura batalla entre abogados, Anna se llevó 1.700 millones de dólares, así como el compromiso de que sus hijos heredarían a partes iguales las acciones de la empresa. Dos semanas después de obtener el divorcio, Rupert se casaba con Wendi Deng, ejecutiva de una de sus empresas, de 32 años. La ceremonia tuvo lugar a finales de junio de 1999, a bordo del “Morning Glory”, el yate del magnate, anclado en Nueva York. La pareja ha tenido dos niñas: Grace (2001) y Chloe, (2003). La familia reparte su vida entre sus dos lujosas casas: un piso de 1.100 metros cuadrados en Pekín -donde podrán disfrutar de los Juegos Olímpicos en 2008- y un dúplex de 20 habitaciones en el selecto e intelectual barrio de Tribeca, valorado en 45 millones de dólares.

Sin embargo, este nuevo matrimonio no sentó nada bien a los cuatro hijos mayores del magnate, que vieron peligrar su parte de la herencia. Así fue como se abrió una gran grieta en las relaciones familiares, cuestionándose si las más pequeñas de la dinastía tienen derecho o no a una parte del pastel. Se desencadenó la llamada “guerra de los Murdoch”, para determinar los herederos de 12.000 millones de euros. El control de News Corporation esta lejos de solucionarse, si bien Murdoch lo tiene claro: “Mis cuatro hijos mayores tendrán todo el poder político, pero los beneficios económicos se repartirán a partes iguales”. A sus 75 años, tras superar un cáncer de próstata, Murdoch sigue gobernando con mano firme un conglomerado empresarial que abarca muchos sectores. Posee una papelera, una editorial, una imprenta, compañías de transporte, de aviación y derechos sobre los mayores acontecimientos deportivos mundiales. Dueño del equipo de béisbol Los Ángeles Dodgers, tiene acciones en cinco clubs de fútbol ingleses: Sunderland, Chelsea CF, Manchester United, Manchester City y Leeds United. Puede perder millones en una sola noche en Las Vegas sin que se le mueva un músculo de la cara y, con la misma sangre fría, despedir, en 1986, a 5.500 trabajadores de “The Times”. El consorcio de Murdoch, considerado como la quinta empresa más importante de medios de comunicación en EEUU, ha contratado como consejero al ex presidente del Gobierno español José Maria Aznar. La misma oferta que tiene Tony Blair para cuando deje de ser primer ministro británico.

VÍDEOS DE Rupert Murdoch
A continuación podemos ver un vídeo de Rupert Murdoch :





Fotos de Rupert Murdoch:



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