Narcis Monturiol

Narcis MonturiolNarcís Monturiol Estarriol nació en Figueres (Girona) el 28 de septiembre de 1819. Era el segundo hijo del tonelero Joaquim Monturiol y de su esposa, Marianna Estarriol. Siguiendo la costumbre catalana de la época, al ser su hermano mayor el “hereu” (heredero), él estaba destinado a la Iglesia, por lo que aprendió latín desde muy joven, completando sus estudios en la Universidad de Cervera, donde ingresó con sólo 12 años para cursar bachillerato. Tras conseguir el título, convenció a su padre para que le librara de la carrera religiosa y lo dejase ir a Barcelona con el objetivo de estudiar Derecho. Allí trabo amistad con Abdó Terrades, lo que propició su afiliación al Partido Republicano y su simpatía por las ideas socialistas de Étienne Cabet, autor de “Viaje a Icaria”. Como miembro activo del republicanismo de la época, Monturiol dio su apoyo a las primeras revueltas obreras de Barcelona de los años 1842 y 1843, publicó regularmente sus opiniones en el periódico “El Republicano” y en panfletos de propaganda, llegando al rango de capitán de la milicia popular.

En 1845, Monturiol se trasladó a Madrid para acabar la carrera y aprender el oficio de impresor. Al año siguiente, de nuevo en Barcelona, se casó con Emilia Mata, a quien había conocido años atrás en la primera pensión en la que se alojó a su llegada a la ciudad catalana.

En ese mismo año, el futuro inventor empezó a escribir en las revistas “La madre de familia” y “La fraternidad” mientras apoyaba el proyecto de un grupo de catalanes que había comprado unas tierras en Texas (EEUU) para crear allí una colonia comunista autónoma llamada Icaria, en honor al libro de Cabet. Icaria fue un fiasco y el propio pensador fue expulsado del grupo por querer imponer sus ideas dictatorialmente.

En 1847, Monturiol y sus compañeros empezaron a publicar el periódico “La Fraternidad” y, un año después, tras incluir en sus páginas un artículo sobre la declaración de la República en Francia titulado “Europa y la Revolución”, la publicación fue suspendida y sus redactores perseguidos. El futuro inventor huyó a su Figueres natal, primero, y al Rosellón francés, después.

De vuelta a Barcelona, Monturiol inició una nueva publicación, “El Padre de familia”, donde volvía a expresar sus ideas republicanas y moderadamente “cabetianas”(de Cabet), pues cada vez estaba más desencantado del desarrollo del proyecto en Icaria. Sólo salieron a la luz 23 números, porque, una vez más, el gobierno clausuró la publicación y mandó arrestar a sus autores. En esta ocasión, Monturiol se refugio en Cadaqués, en la Costa Brava. Allí, observando la tarea de los pescadores de coral, empezó a soñar con la construcción de un “barco-pez” que les facilitara el trabajo y sirviera para la investigación científica submarina. En sus escritos, Narcís Monturiol también se refirió al posible uso militar del invento, algo contrario a sus antiguas ideas utópicas.

El artilugio no era una idea nueva: los griegos habían construido campanas de inmersión y, desde el Renacimiento, varios científicos e inventores habían probado diferentes prototipos de naves subacuáticas.

Sin embargo, sirvió para que Monturiol aparcara la lucha política y se dedicase en pleno al estudio y la investigación científica, sufragada con los 2.000 duros que consiguió de varios accionistas. Al inventor se le asignó un sueldo de 30 reales diarios y la tercera parte de los futuros posibles beneficios del artefacto, que se empezó a construir en los talleres Nueva Vulcano. El Ictíneo I medía 7 metros de largo, 2,5 de ancho y 3,5 de fondo. Mientras su casco interior era esférico, con una capacidad de 7 metros cúbicos, el exterior tenía forma de pez y, entre ellos, había unos tanques que se llenaban o vaciaban de agua para ascender o descender, un tanque que suministraba oxígeno y otro de hidrógeno que alimentaba una lámpara para iluminar las profundidades marinas. La propulsión corría cargo de dos hombres que accionaban un sistema manual.

En 1848, Monturiol presentó su proyecto con una tesis titulada “El Ictíneo o la nave-pez” y, el 28 de junio de 1859, el primer prototipo del submarino fue botado en el puerto de Barcelona sufriendo un accidente al recibir cinco fuertes golpes de mar que dañaron parte de la estructura. A pesar de ello, el inventor consideró que no había inconveniente en hacer algunas inmersiones siempre que no se realizasen en un lugar con una profundidad de más de 20 metros. Los primeros tripulantes de la nave fueron el propio Monturiol, Josep Missé, director técnico del proyecto, y Josep Oliu, uno de los accionistas.

Sin embargo, las corrientes marinas imposibilitaban la verdadera navegación del submarino fuera del puerto y, además, Narcís Monturiol no conseguía implicar al gobierno, cuyas promesas de colaborar con su idea nunca se materializaron económicamente. Por todo ello, el inventor escribió una carta a la nación, animando a una suscripción popular, llegando a reunir 58.900 duros llegados de todos los puntos de España y de Cuba. Ese capital le sirvió para constituir en 1864 la empresa “La Navegación Submarina” con el objetivo de construir el Ictíneo II.

En octubre de ese mismo año, el submarino fue botado en el puerto de Barcelona. En pruebas posteriores, este nuevo prototipo llegó a disparar un cañón bajo el agua, pero, al ser más grande, era más difícil de mover manualmente. Monturiol pensó en usar una máquina de vapor, pero, bajo el agua era imposible quemar carbón y, además, su coste era muy elevado.

El inventor ideó entonces un nuevo sistema motriz y, en 1866, el submarino. ya estaba listo para empezar a pescar coral. Por desgracia, los números rojos de su empresa no aguantaron hasta la puesta en marcha del proyecto. El 21 de febrero de 1868 llegó una orden judicial para el embargo de todos los bienes de la asociación submarina. Monturiol intentó convencer al máximo responsable de la compañía acreedora, Alexandre de Bacardí, para salvar el submarino, pero fue inútil. Bacardí sólo quería cobrar la deuda: el submarino fue desguazado y vendido como chatarra. Ese mismo año se instauró la Primera República Española y el inventor recuperó, aunque de un modo más meditado, la ilusión política, siendo elegido diputado de las Cortes.

Pero la mala suerte le perseguía. En esa misma época, fallecieron dos de sus hijas, Adelaida, de 17 años, y Delfina, de 13 y su situación económica empeoró. Con el fin de ayudarle, en 1873, el gobierno de la I República le nombró director de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de Madrid. Durante el tiempo que ostentó ese cargo inventó una máquina de liar cigarrillos, un cañón y una máquina de imprimir.

En el 1880, la salud empezó a fallarle y su desanimado espíritu no le ayudó a superarlo. Poco antes de fallecer, el 6 de septiembre de 1885, en Sant Martí de Provençals (actualmente, un barrio de Barcelona), Narcís Monturiol escribió: “Muero sin haber finalizado ninguna de mis obras”.

VÍDEOS DE Narcis Monturiol
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Fotos de Narcis Monturiol:



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