Napoleón
Bonaparte nació el 15 de agosto de 1769 en Ajaccio,
capital de la actual Córcega (Francia). Fue uno de
los 13 hijos (5 murieron) de Carlos Bonaparte y Leticia Ramolino.
El padre era un aristócrata y abogado que luchó
por la independencia de Córcega a las órdenes
de un héroe local, Pasquale Paoli, hasta que vio que
la monarquía borbónica iba a ganar la partida
y se cambió de bando. La madre era una mujer de gran
personalidad y fuerte carácter. Napoleón estudió
becado en un colegio de Autun, donde demostró tener
una mente privilegiada para las matemáticas, lo que
facilitó su ingreso en la Escuela Militar de Brienne.
Se graduó a los 17 años como subteniente y le
destinaron a la guarnición de Valence. Poco después,
murió su padre. Durante su juventud vivió la
violenta vorágine de la Revolución francesa.
Enfrentados a muerte con los partidarios de Paoli, Napoleón
y su familia tuvieron que huir de Ajaccio para escapar del
incendio de su casa y de una muerte casi segura. Instalados
en Marsella, los Bonaparte conocieron grandes penurias económicas
que la madre intentó superar haciéndose amante
de un rico comerciante, Clary cuya hija, Desirée, estuvo
a punto de casarse con Napoleón
Las estrecheces empezaron de verdad a remitir cuando Agustín
Robespierre, hermano del líder de la Revolución
francesa, lo tomó bajo su protección. Se reincorporó
a filas como capitán y adquirió renombre con
el asedio de Tolón, en 1973, al sofocar una sublevación
contrarrevolucionaria apoyada por los ingleses. En reconocimiento
a sus méritos fue ascendido a general de brigada. Sus
contactos con los Robespierre se volvieron negativos al caer
el Terror jacobino: lo encarcelaron mientras se dilucidaba
el alcance de su filiación. Liberado por mediación
de un corso influyente, Napoleón se encontró,
con 24 años, viajando a París para empezar desde
cero.
Encontró un hueco en la sección topográfica
del Departamento de Operaciones. A través de este puesto
pudo acceder a los salones parisinos donde, entre lances amorosos,
se sucedían las más refinadas manipulaciones
políticas y especulaciones financieras. Allí
conoció a Josefina Tascher de la Pagerie, un mujer
refinada, brillante y equívoca. Oriunda de la Martinica,
era viuda de un general guillotinado por los jacobinos, tenía
dos hijos -Hortensia y Eugenio- y era amante del vizconde
de Barras, hombre fuerte del Directorio surgido con la Constitución
republicana de 1795.
En marzo de 1796, tras una terrible insurrección de
las masas populares de París, que Napoleón reprimió
a cañonazos, Bonaparte fue recompensado nuevamente
con el rango de general y le confiaron el mando del Ejército
en Italia. Unos días antesde su partida se casó
con Josefina en ceremonia civil, pero, cuando partió,
ella siguió con sus amantes. Aquel general de 27 años
transformó un ejército de hombres desarrapados,
hambrientos y desmoralizados en una formidable máquina
bélica y las victoriosas campañas napoleónicas
pasarían a ser estudio obligado en las academias militares.
Pero el Directorio estaba irritado contra un Bonaparte que
había reorganizado políticamente la península
italiana según su propio criterio.Viendo que Bonaparte
se había convertido en un caudillo peligroso, el Directorio
quiso alejarlo de Francia aceptando su plan de una expedición
a Egipto para ahogar las rutas comerciales británicas.
Así, el 19 de marzo de 1798, Napoleón se embarcó
rumbo a Alejandría. Sin embargo, sus posibilidades
de éxito se vieron colapsadas por la destrucción
de la escuadra francesa en Abukir por el comandante inglés
Nelson. A su vuelta a Francia, Napoleón se cargó
el Directorio con el golpe de Estado del 18 Brumario ( 9 de
noviembre de 1799 ). “Yo soy la revolución”,
aseguró ese día. Así nacía el
Imperio napoleónico.
Napoleón impuso que el poder político y militar
recayera sobre tres cónsules y, luego, que uno de estos
tres -evidentemente él mismo- mandara más que
los otros. De entrada, por un tiempo de 10 años y,
finalmente, de forma vitalicia. Después, en diciembre
de 1800, tras un atentado, ordenó la represión
inmediatade los grupos revolucionarios aún vivos. Dos
años más tarde, restableció relaciones
con el Vaticano y creó una distinción que todavía
pervive: la Legión de Honor. El 2 de diciembre de 1804,
en una fastuosa ceremonia en la catedralde Notre-Dame de París
a la que obligó a asistir al Papa Pío VII, Napoleón
se autocoronó emperador de Francia, proclamando emperatriz
a Josefina, con la que no había conseguido tener hijos.
Enseguida, dictó una Constitución que le confería
poderes ilimitados, un nuevo Código Civil que ha pervivido
hasta nuestros días, y convirtió las elecciones
en un plebiscito en el que el voto no era secreto. Aprobó
una nueva división territorial de Francia que favorecía
la centralización frente al federalismo y fue el iniciador
de la separación de los tres poderes: legislativo,
ejecutivo y judicial. Su reorganización administrativa
supuso la creación de la burocracia -la palabra nació
en ese momento-, que se convirtió en un sólido
aparato del Estado e instauró un estricto control de
la opinión pública: de 72 periódicos
quedaron 13.
Entre 1806 y 1808, para dar más empaque al imperio,
Napoleón restableció la nobleza abolida, pero
sin que el título comportase privilegios fiscales o
judiciales. Al tiempo que hacía esas reformas, Napoléon
había puesto a sus hermanos al frente de los reinos
europeos que fue creando tras sus victorias militares, pavimentadas
sobre cientos de miles de cadáveres de todos los bandos.
También dio puestos influyentes a sus generales y a
los maridos de sus hermanas, y creó para su madre el
título de “Madame Mére”. El 4 de
mayo de 1810 nació León, hijo de Napoleón
y su amante, María Walewska, con la que el corso mantenía
relaciones desde hacía tres años. Pese a haberse
divorciado de Josefina, el emperador no se casó con
esta joven polaca, sino con la archiduquesa María Luisa
de Austria (con la que tuvo un hijo en 1911, Napoleón
II, que moriría a los 21 años). Fue un matrimonio
de conveniencia que le dio más poder en Europa. Según
algunos historiadores, Napoleón fue el primer gran
artífice de la Europa moderna, ya que, en los territorios
que se anexionó al imperio, se abolieron los derechos
feudales, se secularizaron los bienes eclesiásticos
y se encumbraron los valores de la burguesía difundidos
por la Revolución.
El año 18l0 marcó el cénit napoleónico.
Los únicos estados que se le resistían eran
Rusia y Gran Bretaña, aunque dos años antes
españoles y portugueses se habían levantado
en armas y empezaron una guerra de independencia. En la campaña
de 1812 contra el zar Alejandro II, Napoleón llegó
hasta Moscú, pero en la retirada perecieron medio millón
de hombres por el frío y el hambre. Toda Europa se
levantó entonces contra el dominio napoleónico.
En 1813, Napoleón sufrió una gran derrota en
la “batalla de las naciones”, librada en Leípzig
y, en abril de 1814, forzado por sus propios generales, abdicó
en Fontainebleau y lo deportaron a la isla de Elba. Los errores
de los Borbones, restablecidos en el trono, y el descontento
popular le dio pie para, con sólo un millar de hombres
y sin disparar un tiro, volver a hacerse con el poder en París.
Pero este segundo período imperial, llamado de los
Cien Días, duró poco. Derrotado en junio de
1815 en Waterloo, fue obligado de nuevo a abdicar. Se entregó
a los ingleses, que le deportarona un perdido islote africano,
Santa Elena, donde falleció el 5 de mayo de 1821.
VÍDEOS DE Napoleón Bonaparte
A continuación podemos ver un vídeo de Napoleón Bonaparte :