Cassius
Marcellus Clay III nació el 17 de enero de1942 en Louisville,
Kentucky. Primogénito de Cassius Marcellus Clay II
y Odessa Grady, fue un niño más del gueto negro
de aquella ciudad norteamericana. A diferencia de otras muchas
familias de su raza, la de Clay no estaba en la miseria. En
su niñez no hubo pandillas juveniles, ni reformatorios
ni peleas callejeras. Cassius era un chaval simpático
y deslenguado, al que le gustaba reírse de todo y de
todos.
Una noche de 1954, él y su hermano pequeño
y único, Rudy, fueron al gimnasio Columbia de su barrio
para denunciar el robo de una bicicleta. Sabían que
allí encontrarían a Joe Martin, un policía
que, fuera de las horas de servicio, hacía las veces
de entrenador de boxeo. El chaval no recuperó la bici,
pero aceptó la invitación de Martin para recibir,
gratis, algunas clases de boxeo. Apenas subió al cuadrilátero,
Cassius supo que había encontrado su lugar en el mundo.
Dos semanas después, con 12 años de edad y 40
kilos de peso, ganaba su primera pelea pública.
Entre los 12 y los 18 años Cassius disputó
108 combates como aficionado, de los que ganó prácticamente
la mayoría. Demostró que tenía un estilo
de boxeo muy personal: la guardia peligrosamente baja mientras
desesperaba a su rival con un rapidísimo juego de piernas.
En junio de 1960 Cassius Clay entró en la historia
cuando, con sólo 18 años y un cuerpo soberbio,
se enfrentó en la final olímpica de los pesos
semipesados de Roma'60 a un polaco llamado Zbigniew Pietrzykowski,
al que se merendó en un abrir y cerrar de ojos. Con
el oro colgado de su robusto cuello y de regreso a EEUU, Clay
recibió un buen puñetazo del racismo: en una
cena de homenaje -¡nada menos!- le negaron la entrada
en un restaurante por ser negro. Más humillado que
si le hubieran hecho besar la lona a golpes,Clay aprovechó
la presencia de los periodistas: cogió la medalla olímpica
y, desde el puente Jefferson, la arrojó al río
Ohio. Fue el primero de los gestos públicos -muy valientes
teniendo en cuenta que eran los tiempos del Ku Kux Klan y
de una discriminación feroz hacia los negros- de un
hombre dispuesto a luchar por su dignidad y la de sus hermanos
de raza.
El 29 de octubre de 1960 Cassius Clay consiguió sus
primeras ganancias al ganar su primer encuentro de boxeo profesional.
Se iniciaba una carrera deportiva que iba a conducir a aquel
negro guapo y un poco bocazas a las más altas cotas
de la fama. Acrecentado por sus triunfos, Cassius empezó
a tomarle gusto a las declaraciones provocativas. Desconocedor
de una cosa llamada prudencia, Clay era un filón para
los periodistas que acudían a sus ruedas de prensa
y entrevistas sabiendo que saldrían con varios titulares.
Angelo Dundee, su siguiente entrenador y un hombre que tenía
más dotes psicológicas que técnicas,
dejó que Clay dijera lo que quisiera. Incluso lo animaba
a expresarse. Sabía que determinadas declaraciones
sólo podían aumentar la fama de su pupilo. Con
sólo 19 años, “el loco de Louisville”,
su apodo en los ambientes pugilísticos, consiguió
trece victorias en trece encuentros sucesivos (diez de ellos
por KO), lo que le permitió presentarse como candidato
al título mundial de los pesos pesados. No logró
hacerse con el título rey del boxeo hasta febrero de
1964, año en que derrotó a Sonny Liston en Miami.
Para entonces, Clay había ganado algunos kilos,tenía
la morfología clásica de un peso pesado y seguía
conservando una velocidad de pies inimitable.
Un día después de convertirse en el campeón
del mundo, Cassius hizo público que se había
convertido al islamismo en su rama más ortodoxa. Cambió
su nombre “de esclavo” por uno de “musulmán
negro”: Muhammad Alí. En realidad la conversión
religiosa del boxeador venía de cuatro años
antes,cuando se topó con Malcolm X, líder de
los radicales Panteras Negras y musulmán,que abogaba
por la separación de las razas. Malcolm, que poco después
sería asesinado, despertó la conciencia racial
y religiosa del boxeador. Pese a su convencimiento, Clay mantuvo
el secreto de sus nuevas creencias durante cuatro años
porque, de haberse sabido, nunca habría tenido la posibilidad
de disputar el título. No ocultó, sin embargo,
su boda con Sonji Roy, una explosiva modelo de Chicago de
la que se divorciaría en enero de1966.
La declaración de principios de Muhammad Alí
le convirtió en líder de la minoría negra.
“Muy pocos atletas negros se atrevieron a hablar sin
temer lo que les sucediera a sus carreras, como hizo él”,
apuntó en una ocasión el director de cine negro
Spike Lee. Pero las repercusiones llegaron, y duras, en 1967
cuando Alí rechazó la orden del Ejército
de su país para luchar en la guerra del Vietnam. “No
tengo ninguna pelea con los vietnamitas. Ningún vietnamita
me ha llamado sucio negro>”, afirmó. Un jurado
compuesto sólo por blancos le declaró culpable
de insumisión y le condenaron a cinco años de
cárcel. Gracias a su fama mundial, Alí eludió
la cárcel pero, desposeído de su título
y de su carnet de boxeador, estuvo tres años apartado
de los cuadriláteros. Durante esos años profundizó
en la fe islámica y se casó con Belinda, estudiante
de Biológicas, con la que tuvo tres niñas y
un niño. Tres años después Alí
volvió a los rings. Su retorno fue antológico
en un combate, el 26 de octubre de 1970, que reunió
a todas las celebridades de la comunidad negra.
En octubre de 1974 reconquistó el título mundial
frente a George Foreman, en un multitudinario combate disputado
en Zaire. Un documental sobre esa pelea, titulado “Cuando
éramos reyes”, ganaría en 1997 el Oscar.
En su vida, Alí participó en tres películas:
una sobre la historia de su pueblo en Norteamérica
y dos con carácter biográfico.
Tras diez defensas victoriosas perdió, en 1978, el
título por puntos frente a Leon Spinks, pero siete
meses después, lo recuperó, por tercera vez
(único caso en la historia).Tras perderlo, volvió
a ser aspirante en 1980, pero, con 38años, ya no tenía
nada que hacer en los cuadriláteros y se retiró
definitivamente.
En septiembre de 1984, dos años antes de casarse
con su cuarta esposa, Lonnie Williams, se le manifestaron
los primeros síntomas de Parkinson. Enfermedad que,
con el paso de los años, le ha dejado casi sin habla
ni movimientos aunque pinta para intentar conservar sus habilidades
motoras. Recién cumplidos los 60 años y retirado
en su granja de Michigan, este hombre que tiene su nombre
grabado en el Boulevard de la Fama de Hollywood y con una
hija que ha seguido sus pasos profesionales, ha vuelto a la
actualidad con “Alí”, una película
en la que Will Smith recrea la vida de este boxeador mítico.
VÍDEOS DE Muhammad Ali
A continuación podemos ver un vídeo de Muhammad Ali :