Mari Trini

mari_triniMaria de la Trinidad Pérez de Miravete Mille nació el 12 de julio de 1947 en Caravaca de la Cruz (Murcia). Fue la mayor de los cuatro hijos de un matrimonio de clase media que vivía holgadamente en una tinca. De pequeña era revoltosa y le gustaba imaginar historias fabricándose capas y espadas con cañas. A los cuatro años, sus padres se trasladaron a Madrid, un cambio que hizo mella en ella. Estudió en un buen colegio, pero lo pasó fatal, tal y como recordó años más tarde: “Nunca entendí por qué tenía que llevar las manos detrás de la espalda ni la mentalidad de aquellas niñas que jugaban a ver quién llevaba más jamón en el bocadillo cuando a mí mi madre me ponía, tan contenta, un poco de mortadela”. En su familia no había tradición musical pero ella, a los 7 años, ya tocaba la guitarra y estudiaba solfeo y composición en el conservatorio. Sin embargo, el peor momento de su vida no tardaría en llegar al caer enferma de una nefritis crónica que le obligó a estar en cama siete años. El fuerte tratamiento con corticoides que le administraron le deformó la mitad de la cara lo que, junto a su voz desgarradora, fueron dos de sus inequívocas señas de identidad una vez convertida en estrella. “Fueron momentos muy duros, me sentía aislada en una jaula dorada, con mi madre cuidándome a todas horas. Uno de mis entretenimientos fue una televisión prestada, pero el día que mi tío se la llevó fue como si la vida sufriera de repente un apagón de luz”, admitió. Durante esos años de sufrimiento, ella, que alguna vez se había definido como “tozuda, posesiva e independiente radical”, encontró consuelo en “leer por puro placer estudiar bachillerato y música y escribir canciones”.

A los 16 años, ya totalmente recuperada, se puso sus “primeros tacones” y se presentó a un “casting” en el Nichas’s, el local que Nicholas Ray, director de “Rebelde sin causa”, tenía en la avenida de América, de Madrid. Este la apadrinó, se convirtió en su manager y se la llevó a Londres donde tomo clases de canto. En la capital británica participó en varios programas musicales, colaboró con el actor Peter Ustinov y se codeó con Roman Polanski, Marlene Dietrich, James Mason y Paul McCartney, que le tiró los tejos: “Es que era muy mona y él, encantador”. Poco después se traslado a París, donde “me lancé a cantar en las terrazas del Quartier Latin, y conocí a personajes conmovedores como Jaques Brel, con quien charlé un día mientras le dábamos a la cerveza”. Grabó dos discos en francés con la Pathé-Mar-coni, participó en el estreno teatral “La noche infiel”, coincidió con artistas emergentes como Sylvie Vartan o Adamo y se tuvo que ganar la vida vendiendo porcelana en mercadillos.

Dos años después, con su padre muy enfermo, regresó a España, donde aterrizó con un contrato de la compañía RCA, que le produjo en 1969 su primer disco, “Mari Trini”, con aquella voz rasposa y afrancesada que la distinguió siempre. En 1970, murió su padre, lo que la sumió en una profunda tristeza, pero sacó fuerzas de donde pudo para cambiarse a la discográfica Hispavox (EMI), arropada por Waldo de los Ríos y el productor Rafael Trabuchelli, con la que consiguió la fama y el verdadero éxito con el disco “Amores” (1970). Posteriormente, vinieron temas como “Vals de 0toño”, “Cuando me acaricias”, “Un hombre marchó” o “Yo no soy ésa”, que algunos consideran la primera canción feminista del país.

Con estas melodías ganó bastante dinero, contrató a un cuarteto de músicos, inició largas giras por nuestro país, ayudó a sus amigos y familiares y se compró una casa en Madrid. “Fue una época dura, pero era feliz. Llegué a hacer 28.000 kilómetros en mi propio coche y me conocieron todos los policías de las carreteras españolas”, explicaba. Rebelde, inconformista, tímida, aunque también muy cercana y cariñosa, Mari Trini se vanagloriaba de haber blindado su vida privada. En algunas entrevistas confesaba que los hombres le tenían terror y desveló que en su vida había tenido tres grandes amores, entre ellos el actor y cantautor Patxi Andión. Aseguraba que no había querido casarse ni tener hijos por su carrera, su delicada salud y el elevado número de divorcios que veía a su alrededor, pero otros, como el cronista Josep Sandoval, afirman que esta mujer fuerte, pese a su aparente fragilidad, tuvo uno de sus grandes apoyos en una mujer, Claudette, que tenía un restaurante junto a su casa de Madrid, y que fue su manager, ayudante, secretaria y pareja muchos años.

 En la década de los 70 fue la musa de los jóvenes españoles con sus canciones protesta. Era la época de Joan Manuel Serrat y los desaparecidos Cecilia o Nino Bravo. Sus canciones más famosas –“Yo no soy ésa” o ”Como el rocío”- sonaban en todas las emisoras. Eso le permitió hacer numerosas giras por Latinoamérica y Europa, mientras en nuestro país se convirtió en uno de los referentes más importantes de la época. En los 80, continuó con un público fiel y éxitos discográficos como “A mi aire” (1980), “Oraciones de amor” (1981) o “Una estrella en mi jardín” (1982).

A mediados de los 80, sorprendió con su desnudo en “Interviú”, causando un gran  revuelo en el país porque, hasta entonces, su imagen había sido tan correcta que, para algunos, incluso resultaba monjil y mojigata. “Estaba hasta las narices de lo que decían. Como iba siempre de negro y con vestidos largos pensaban que tenía la pata de palo o alguna parálisis, así que me fui a Lanzarote, me puse en pelotas y se armó la gorda”, admitía. Poco después grabó un disco con Los Panchos, la discográfica no lo promocionó, dejaron de distribuirlo, la estafaron y se sumió en un profunda depresión que duró tres años. A duras penas podía levantarse de la cama, la mano le temblaba al escribir y no podía usar el ordenador, pero, tras recibir el tratamiento adecuado, levantó el vuelo.

 Volvió a grabar varios discos más, pero jamás tuvo de nuevo el éxito del pasado. En su tiempo libre disfrutaba desmontando motores de coches, viendo películas, leyendo y montando en moto. De tanto en tanto se escapaba a su casa de Ibiza en busca del sol, la tranquilidad y la inspiración para seguir escribiendo, como hizo con la publicación de un libro de poemas.

En el 2004, fue intervenida de urgencias y le extirparon un riñón y, pese a este nuevo golpe bajo de la vida, siguió mirando con optimismo el futuro. Al año siguiente, la SGAE le rindió un homenaje en el que le entregaron un disco multidiamante por los 10 millones de copias vendidas a lo largo de su carrera y confesó que era el momento de dejar los escenarios después de más de tres décadas. Retirada de la vida pública, Mari Trini tenía una vida sencilla en Murcia, al lado de su familia y amigos. En marzo del 2008, hizo su última aparición pública cuando su tierra natal le premió con el galardón “Lucha por la igualdad”, una distinción que le hizo mucha ilusión. En 2010, se le diagnosticó un cáncer de pulmón del que falleció el 6 de abril en el hospital Morales Messeger de Murcia.

VÍDEOS DE Mari Trini
A continuación podemos ver un vídeo de Mari Trini :





Fotos de Mari Trini:



mari_trini mari_trini mari_trini mari_trini mari_trini mari_trini mari_trini mari_trini

 

 
 
2011 - sarpanet.info