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Marcel Aymé



BIOGRAFÍA DE Marcel Aymé:

Nombre real: Marcel Aymé
Profesion: Narrador y dramaturgo
Nacimiento: 29 de marzo de 1902.
Lugar de Nacimiento: Joigny, Francia

Observador feroz y meticuloso de las costumbres francesas contemporáneas, prodigioso creador de personajes, narrador incomparable y malicioso, Marcel Aymé dirigió sobre el ser humano una mirada cuya profundidad y agudeza recuerdan las de los grandes moralistas europeos del siglo XVII pero sin esa brusquedad glacial y ese cinismo un tanto escalofriante que caracterizaron la obra de un La Rochefoucald o de un Baltasar Gracián.

En el caso de Marcel Aymé, la ferocidad iba siempre asociada a una secreta ternura: tomaba a los hombres tales como eran, es decir ni buenos ni malos, y sus pequeñeces le inspiraban un franco escepticismo, discretamente teñido de conmiseración

Nacido en 1902 en Joigny, Maree¡ Aymé pasó la mayor parte de su infancia en el Franco Condado, en las inmediaciones de un bosque poblado de leyendas v de misterios que le inspiraría, mucho más tarde, una sorprendente novela fantástica y forestal, La Vuivre Como escribió Bernard Clavel: Nos conduce a un fabuloso universo donde lo real roza la imaginación más desbocada, donde el sueño se adormece en la bruma de los bosques, de la que no sabemos si pertenece a nuestro mundo de adultos razonables o a la parte más maravillosa de nuestra lejana infancia. "

De todas maneras, fue en Paris ciudad en que residió hasta sui muerte (acaecida en 1967), donde Marcel Aymé halló la inspiración que haría de él un gran escritor. Desde su observatorio de Montmartre pasó toda su vida contemplando los arcanos de la estupidez y de la imbecilidad, sin dejar de lado a nadie y dando muestras de una independencia de espíritu y de len guaje ejemplar como atestigua el admirable y diabólico pequeño panfleto que, poco después de que hubiera finalizado la Segunda Guerra Mundial, depositó sardónicamente a los pies de la intelligentsia reinante, se titulaba Le confort intellectuel (El confort intelectual).

Pero es evidentemente en sus novelas y en sus cuentos donde Marcel Aymé dio toda la medida de su talento literario y de su genialidad, al captar los fundamentos psicológicos y morales de la pequeña burguesía francesa, que le resultaba tan familiar.

En esta perspectiva se desarrolla la vena propiamente fantástica de Marcel Aymé de la que las narraciones reunidas en el libro titulado Le passe-rnuraille constituyen una deslumbrante apoteosis.

Los personajes de Marcel Aymé son generalmente unos hombrecillos imbuidos de su propia respetabilidad, faltos de imaginación y terriblemente conformistas. que a menudo languidecen en los oscuros laberintos del funcionariado. Normalmente, son buenos esposos y buenos padres de familia, y ostentan sin el menor rasgo de fantasía el uniforme de la Tercera República, a saber americana negra y cuello duro, Virtuosos, ahorradores y amigos del orden establecido, se mueven a gusto por su ambiente doméstico, invadido por el olor típicamente francés de la sopa de col y del pot-au-feu.

Y, sin embargo, estos personajes aparentemente tan vulgares y tan desprovistos de interés esconden en su interior extraños fantasmas que ni el propio doctor Sigmund Freud habría podido sospechar. Son esos fantasmas los que Marcel Aymé proyecta en sus narraciones fantásticas, sin apartarse, sin embargo, de la más estricta verosimilitud.

La narración titulada Las Sabinas nos ofrece un sabroso ejemplo de ello. Es la historia de una honesta ama de casa de clase media llamada Sabine, cuyo marido trabaja como subjefe de administración en una importante empresa Hallándose súbitamente poseedora del don de la ubicuidad. Sabine empieza poco a poco a multiplicarse y a realizar todos los deseos que le han inspirado las revistas de cine.

«Pronto la infortunada ubiquista fue presa de un frenesí lujurioso y tuyo amantes en todos los puntos del globo. El número aumentaba al ritmo de progresión geométrica cuya razón era 2,7. Esta falange dispersa comprendía todo tipo de hombres: marineros, plantadores, piratas chinos, oficiales, cow-boys, un campeón de ajedrez. atletas escandinavos, pescadores de perlas, un comisario del pueblo, estudiantes de bachillerato, pastores de bueyes, un torero, un mozo de carnicería, catorce cineastas. un remendador de objetos de porcelana, sesenta y siete médicos, marqueses, cuatro príncipes rusos, dos empleados de ferrocarriles, un profesor de geometría, un guarnicionero, once abogados y así sucesivamente. Señalemos también, para terminar, un miembro con toda la barba de la Academia francesa, en gira de conferencias por los Balcanes"

Ningún autor, antes que Aymé, había descrito con tanta precisión las enternecedoras quimeras y las más recónditas alienaciones de una burguesita francesa atiborrada de cine y de novelas baratas.

La realidad está repleta de estereotipos y de clichés que serían sólo de una negrura desesperante si Marcel Aymé no hubiera sacado de ellos un partido verdaderamente extraordinario eI El conformismo y la simpleza no forman parte solamente de la trama de sus narraciones fantásticas, sino también de la de sus, novelas satíricas, a cuya cabeza se encuentran Travelingue y Le Chemin des écoliers, y, sobre todo la sublime Uranus, crónica de un pueblecito francés en la época de la Liberación.

El género fantástico, ¿no fue para Marcel Aymé sino la forma óptima de acceder a la realidad y de expresar una visión de mundo de un pesimismo radical?. Esto es olvidar la Inspiración medieval y legendaria que había adquirido durante su infancia en el Franco Condado, inspiración que quedó plasmada con tintas a veces terrorificas en La Vouivre. No hay qué olvidar, finalmente, la maravillosa serie infantil Contes de chat perché, cuyas encantadoras heroínas-. Delphine y Marinette, conducen al joven lector a un fantástico mundo de hadas donde todos los animales de la creación se entregan a una irresistlble parodia de la condición humana.


FOTOS DE Marcel Aymé:


  





PREMIOS DE Marcel Aymé:

  Renaudot (1929).

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