Luiz
Inácio da Silva nació en Garanhuns, localidad
del estado de Pernambuco (Brasil ) el 27 de octubre de 1945.
Apodado Lula, fue el séptimo hijo del matrimonio de
Arístides Inácio da Silva y Eurídice
Ferreira de Mello, más conocida como Dona Lindu. El
padre emigró a Sao Paulo en busca de empleo. Años
después, su mujer siguió sus pasos junto con
sus ocho hijos (nació una niña después
de Luiz), emprendiendo un viaje de más de 15 días
en un pau-de-arara (desvencijado camión en el que los
pobres viajan hacinados). Lula tenía siete años
cuando, desde su remoto y atrasado pueblo, llegó a
una de las ciudades más pobladas e industrializadas
de Brasil. También una de las ciudades donde la miseria
se muestra más hiriente y descarnada.
Su primer trabajo fue de vendedor ambulante, al tiempo que
aprendía a leer y escribir. Pese a ser un estudiante
inteligente de brillantes notas, tuvo que dejar la escuela
para,a los 11 años, ponerse a trabajar de ayudante
en una tintorería. Después fue telefonista y
limpiabotas.
A los 15 años entró en el Servicio Nacional
de Industria (Sunai), donde hizo un curso de tornero mecánico.
En un accidente laboral perdió el meñique de
la mano izquierda. Su madre, a la que Lula adoraba y que falleció
en 1980, se separó de su marido, quien moriría
a los 78 años en la más completa indigencia.
A los 22 años, Lula contrajo matrimonio con Maria
de Lurdes, una trabajadora del textil. Dos años después,
esperaban su primer hijo, pero, cuando estaba a punto de dar
a luz, Maria fue ingresada porque se encontraba mal. Los médicos
no supieron determinar que padecía una hepatitis y
tanto la mujer como el bebé fallecieron. Aquel golpe
fue durísimo para Lula, que pasó los tres siguientes
años deprimido. Superada la dura pérdida, Lula
conoció a una enfermera, con la que tuvo una hija,
Lurian, pero la pareja no llegó a casarse.
Sí lo hizo con Marisa Leticia da Silva, una mujer
que tenía una historia similar a la suya: viuda y con
un hijo. Juntos tuvieron tres hijos más y forman una
familia unida.
A finales de los años 60, cuando Lula ingresó
en el Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do
Campo, era un trabajador despolitizado. En aquellos momentos
(final de la dictadura militar en Brasil) el movimiento sindical
jugó un papel importantísimo en el proceso de
normalización democrática de este país
de dimensiones continentales, con 115 millones de población
y en el que se combinan niveles de desarrollo en ciertos sectores
propios de una potencia, con índices de pobreza y desigualdad
equiparables a los más pobres países africanos.
Lula, que en 1981 adoptaría su apodo como parte de
su apellido, era un hombre sin ideología de izquierdas
pero que tenía un gran ascendiente sobre los trabajadores.
Su politización se produjo cuando su hermano mayor,
Fei Chico, militante del Partido Comunista Brasileño,
fue detenido y salvajemente torturado por los militares.
En 1978, Lula consiguió una proeza sin precedentes:
supo ganarse el respeto de los sectores más radicales
y moderados del mundo sindical (hasta entonces muy enfrentados)
y fue elegido presidente del Sindicato de Metalúrgicos
con el 98 por ciento de los votos.
En abril de 1980, Lula encabezó la mayor huelga de
obreros metalúrgicos contra el Gobierno. Era la primera
vez, desde el golpe militar de 1968, que los obreros reivindicaban
sus derechos a través de la huelga, que duró
41 larguísimos días, se extendió por
todo el Estado de Sao Paulo y llegó a paralizar a 270.000
asalariados. El entonces líder sindical estuvo un mes
detenido y fue condenado a tres años y medio de prisión
por la Justicia Militar, si bien el proceso fue anulado más
tarde por un tribunal Superior y Lula se libró de ir
a la cárcel.
En ese mismo año de 1980 fundó el Partido
de los Trabajadores, una formación política
que daba cabida a diversas variantes del marxismo y que supuso
una nueva manera de hacer política en Brasil, hasta
entonces monopolizada por los partidos conservadores. Tras
años más tarde, Lula creó, junto con
otros sindicalistas, la Central Única de Trabajadores
(CUT), que rompió con la legislación laboral
vigente desde la época de Getúlio Vargas y que
estaba inspirada en la Carta del Trabajo, de inspiración
fascista. En 1982 Lula inició su carrera política
presentándose a las elecciones para Gobernador del
Estado de Sao Paulo. Quedó el cuarto. Cuatro años
después, obtuvo un escaño en la Cámara
de Diputados Federal y participó en la Asamblea Constituyente,
que logró la celebración de las primeras elecciones
libres a la presidencia de la República después
de 29 años de dictadura militar.
En 1989, se presentó como candidato a la presidencia
de Brasil y llegó a la segunda vuelta con 16 millones
de votos, en una de las campañas electorales más
disputadas de la historia de ese país. Perdió
por sólo una diferencia de 6 por ciento ante Fernando
Collor de Mello. En parte, la derrota estuvo motivada por
las declaraciones de Míriam Cordero, su antigua novia
y madre de su hija mayor, que aseguró que Lula le había
propuesto abortar el hijo que esperaba, a lo que ella se había
negado.
En 1990, Lula renunció a su escaño de diputado
federal para dedicarse a la difusión en todo el país
de su partido. Como presidente del PT alentó un giro
ideológico desde posiciones radicales hacia tesis más
moderadas, con lo que tuvieron cabida desde marxistas hasta
partidarios del liberalismo. Su partido también aprobó
la posibilidad de alianzas con partidos políticos que
no fueran de izquierdas. Lula fue uno de los políticos
que más acosó a Collor de Mello, acusándolo
de corrupción política. Finalmente, el presidente
dejó el poder en 1992, cediendo el cargo a Itamar Franco.
Desde ese momento,los sondeos colocaban a Lula como futuro
presidente de la República.
Así las cosas, Lula fue candidato presidencial por
segunda vez para las elecciones del 3 de octubre de 1994 por
una coalición de siete partidos de izquierdas llamada
Frente Brasil Popular. Pero la campaña se malbarató
al ser destituido su vicepresidente, José Paulo Bisol,
acusado de tráfico de influencias. En la primera vuelta,
Cardoso (ex ministro de Hacienda cuya política económica
había conseguido una cierta estabilidad del real,la
moneda brasileña) lo derrotó por amplia diferencia.
En junio de 1997, Paulo de Tirso Venceslau, que había
sido jefe de Finanzas de municipios por el PT acusó
de corrupción a Lula, quien tuvo que apartarse de la
política mientras se investigaba el caso. Pero las
acusaciones no pudieron probarse y Lula volvió a ser
líder del partido.
El pasado día 27 de octubre de 2003, el mismo día
en que celebraba su 57 cumpleaños, Lula da Silva se
proclamó (con más de un 60 por ciento de los
votos, porcentaje nunca antes visto en el país) el
primer presidente de izquierdas de Brasil. Por lo menos, es
el primero que se define como tal desde que en 1970 Salvador
Allende ganó las elecciones en Chile como candidato
de la Unidad Popular. Allende murió tres años
después a manos de los militares. En el caso de Lula,
el futuro está por escribir. Sus primeros retos: hacer
frente a la mayor deuda externa del mundo y dar comida y trabajo
a 44 millones de pobres.
VÍDEOS DE Lula da Silva
A continuación podemos ver un vídeo de Lula da Silva :