JOHN STITH PEMBERTON

John Stith Pemberton nació el 8 de enero de 1831 en Knoxville, Georgia (EEUU). Sus padres, James y Martha, se trasladaron a la localidad de Rome cuando el niño era pequeño y allí cursó sus estudios primarios. Después, la familia se fue a Macon, donde estudió medicina y farmacia en el Reform Medical College of Georgia, graduándose a los 19 años. Desde 1850 a 1855 trabajó como médico y cirujano en Rome, para luego especializarse como farmacéutico en Columbus. Firme partidario de los principios botánicos, elaboraba medicamentos con plantas. Durante estos años, experimentó con sus fórmulas y patentó sus primeros descubrimientos.

En Columbus conoció a Ann Eliza Clifford Lewis, con la que se casó en 1853. Al año siguiente nació su único hijo, Charles. El negocio de John prosperó y la familia se traslado, a finales de 1855, a una céntrica casa donde el farmacéutico tuvo más espacio para su laboratorio. Allí, además de medicinas, elaboró tintes de pelo, perfumes y productos para el revelado de fotografías.

La Guerra de Secesión, que tuvo lugar entre 1861 y 1865, marcó un antes y un después en su existencia. Pemberton se alistó como teniente en el ejército confederado, y en la batalla de Columbus, resultó herido en el pecho. La lesión le provocó dolores de por vida y, para mitigarlos, recurrió a la morfina, sustancia a la que se volvió adicto. Finalizada la contienda, retomo su actividad como farmacéutico, asociándose con un adinerado médico, Austin Walker. El negocio de ambos marchó viento en popa por la demanda de tónicos medicinales en los estados de Sur. “Somos importadores directos y fabricamos todos los preparados farmacéuticos y químicos que se usan en las artes y las ciencias”, rezaba la publicidad de la compañía que encabezaba Pemberton. A raíz de los progresos económicos (parte de los cuales destinaba a financiar su adicción), John se trasladó a la capital del Estado, Atlanta, donde se estableció en 1869. Abrió una nueva empresa, Pemberton, Wilson, Taylor and Company, que tuvo pronto una filial en Filadelfia (estado de Pensilvania). La fama de Pemberton como farmacéutico empezó a extenderse hasta el punto de que fue nombrado miembro del consejo de administración del Atlanta Medical College, donde se enseñaba medicina. Entre 1881 y 1887, formó parte de una junta directiva creada para autorizar (o denegar) el ejercicio de los nuevos farmacéuticos del Estado de Georgia.

Cumplidos los 50 años, una obsesión empezó a apoderarse de Pemberton. Deseaba inventar una medicina que, al mismo tiempo, fuera una bebida agradable para que le reportase una cuantiosa fortuna económica y le hiciera pasar a la historia como un importante científico.

Por aquel entonces, llego a EEUU un remedio inventado en Europa, con fama de milagroso: el vino Mariani. Su creador había mezclado vino de Burdeos con hojas de coca de Perú. John Pemberton emuló aquel producto y creó el French Coca Wine, al que, como novedad, incorporó semillas de nueces de cola que, con un elevado nivel de cafeína, eran usadas por algunas tribus africanas para aguantar esfuerzos prolongados. Probó la bebida y notó como desaparecían los dolores de estómago del incipiente cáncer que sufría. También aseguró que, gracias al brebaje, había superado su adicción a la morfina. “Es el mejor tónico. ayuda a la digestión, aporta energía a los órganos respiratorios y fortalece el sistema muscular y nervioso”, afirmaba.

E1 consumo del French coca Wine se extendió y habría prosperado como marca de no ser por la prohibición de vender alcohol aprobada en Atlanta en 1885. Desde entonces, los laboratorios farmacéuticos se volcaron en la elaboración de productos que, sin llevar alcohol, recordaran el sabor del bourbon, un tipo de whisky. John Pemberton apostó por suprimir el vino de su French Coca Wine y endulzó la mezcla con mucha azúcar. Añadió esencias como la vainilla o la canela e introdujo también un ingrediente secreto, al que se refirió como 7x.

Así fue como un día de abril de 1886, dio con la fórmula de la Coca-Cola que, según la leyenda, está depositada en una caja de seguridad y sólo dos personas en todo el mundo conocen. La nueva bebida fue bautizada con ese nombre por Frank Robinson, contable de Pemberton que creía que un logotipo con dos “c” tenía muchas posibilidades de triunfar publicitariamente. El refresco se convirtió enseguida en un éxito en las “soda fountains”, zonas dentro de una tienda o farmacia que dispensaban bebidas carbonatadas a presión. Para promocionar el refresco, pusieron un anuncio por palabras en el periódico “Atlanta journal” que decía: “Coca-Cola... ¡deliciosa!¡refrescante!¡estimulante!¡vigorizante!”. Aquella primera publicidad vio la luz el 8 de mayo de 1886, es decir, hace ahora 125 años. Meses más tarde se colocaron carteles en 1os tranvías de la ciudad. John Pemberton inscribió la Coca-Cola en el registro mercantil únicamente a su nombre, lo que molesto a los socios con los que había formado la Pemberton Chemical Company La empresa acabó disolviéndose y John, acosado por las deudas, vendió dos tercios de la propiedad de la marca.

La salud del farmacéutico se fue debilitando a causa de su cáncer de estómago y, a principios de 1888, apenas se levantaba de la cama. Asa Candler, un próspero hombre de negocios de Atlanta, aprovechó esta circunstancia para convencer a su hijo, Charles, de que la familia debía vender la parte de la empresa que todavía poseía. El joven influyó en su padre, gravemente enfermo, que accedió a desprenderse de lo poco que le quedaba de Coca-Cola. Por la venta, la familia se embolsó unos 1.700 euros, cantidad elevada para la época pero una insignificancia teniendo en cuenta que Candler iba a presidir una multinacional que generaría ingresos archimillonarios.

John Pemberton falleció el 16 de agosto de 1888 y, el día de su funeral, todas las boticas de Atlanta cerraron sus puestas para rendirle homenaje. Fue enterrado en Columbus. El farmacéutico no vio como el consumo de su bebida se extendía por los cinco continentes. Cuando empezó a ser comercializada en Atlanta se vendía una media de 9 bebidas al día. En la actualidad, las ventas se cifran en 45.000 botellas cada segundo.

La publicidad, primero fotográfica y luego en radio y televisión, ha sido una gran aliada en la expansión de la marca. Numerosas generaciones han crecido bebiendo Coca-Cola y cada una de ellas la relaciona con un modelo de botella (la primera data de 1894). La implantación del refresco es tal que Coca-Cola es, tras la expresión OK, la palabra más reconocida y pronunciada en todo el planeta. Actualmente, Coca-Cola comercializa más de 500 marcas de bebidas en más de 200 países. La compañía tiene una plantilla de más de 70.000 personas y se calcula que, en los últimos años, ha facturado aproximadamente 21 billones de euros de beneficio neto anuales.

VÍDEOS DE John Stith Pemberton
A continuación podemos ver un vídeo de John Stith Pemberton :





Fotos de John Stith Pemberton:



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