Desde
que Enric Bernat Fontlladosa nació en Barcelona el
20 de octubre de 1923 su vida estuvo rodeada de dulces y confites.
Su abuelo había sido el primer español que fabricaba
caramelos a finales del siglo XIX y su padre creó las
galletas La Gloria en plena posguerra española.
Cuando aún vestía con pantalón corto,
ya trabajaba como vendedor en el negocio de su padre, pero,
al llegar al bachillerato, fue contratado por la sociedad
quesera “Massanes i Grau”, en la que aprendió
el negocio desde la base trabajando como aprendiz, dependiente,
administrativo y viajante.
Como le ocurría a la mayoría de jóvenes,
la mili supuso un cambio en su vida. Al volver, en 1950, inauguró
su primera empresa confitera, Productos Bernat, que estaba
especializada en la elaboración de peladillas, y un
año después, se casó con Nuria Serra,
curiosamente, la hija del propietario de una pastelería.
A mediados de los años 50, su antiguo jefe, Domingo
Massanes, le propuso hacerse cargo de una empresa llamada
Granja Asturias, que se dedicaba a la fabricación de
productos hechos a base de manzana.
Bernat consiguió levantar la producción de
la fábrica,situada en la localidad asturiana de Villamayor,
orientándola hacia la fabricación de caramelos,
pero su mayor éxito llegaría un poco después,
en 1956, a raíz de una idea. Como él mismo contaba,
“observé los caramelos que se hacían y
me sorprendí al ver que ninguno estaba realmente pensado
para los niños, cuando ellos son los grandes consumidores
de golosinas. No les cabían bien en la boca, se ensuciaban
las manos y acababan teniendo problemas con sus madres. Así
que se me ocurrió lo del palo”.
La idea no era del todo original y Bernat era consciente:
“Existía un caramelo, llamado pirulí de
La Habana que tampoco ensuciaba las manos, pero su forma lo
hacía peligroso en las caídas”. Con todo
y con eso, el empresario se cubrió las espaldas patentando
su invento.
Sus socios de Granja Asturias no estaban del todo convencidos
de la nueva dirección que estaba tomando la empresa
y decidieron echarse atrás, y Bernat asumió
todo el riesgo comprándola en asociación con
su padre y su mujer, Nuria.
Bernat decidió que para sacar un producto tan innovador
necesitaba un nombre nuevo y un aspecto de la marca nuevo.
Llamó a su caramelo “Chups”, aunque, poco
después, la cancioncilla promocional del caramelo que
decía “es redondo y dura mucho, chupa Chups”,le
obligó a cambiarlo. Para la creación de un logotipo
innovador, el empresario se puso en contacto con el creador
más provocador del momento, Salvador Dalí. El
artista, encantado con la idea y con el cheque millonario
que comportaba, dibujó un boceto en una hoja de periódico,
una margarita roja y amarilla con el nombre de la marca dentro,
que se ha mantenido fresca hasta nuestros días.
Contra lo que podía parecer lógico, Bernat
le puso a su caramelo un precio algo elevado para la época,
una peseta, con el objetivo de dar la imagen de vender un
producto de calidad.
Y es que el empresario siempre tuvo presente que la imagen
de la empresa, el márketing que diríamos ahora,
era fundamental para el crecimiento del negocio y por eso,
para distribuir los Chupa Chups por toda España, creó
la Compañía Comercial e Industrial de Zaragoza,
que financiaba unos Seat 600 decorados con el logotipo de
la marca.
A principios de los años 60, Chupa Chups era una
de las golosinas más vendidas en España, pero
Enric Bernat notaba que su empresa necesitaba crecer, algo
difícil en la época en la que nuestro país
vivía de espaldas al mundo. Pero con la rebaja de los
aranceles para vender a Europa sin tener que pagar impuestos
astronómicos, los “Chupa-Chups” cruzaron
la frontera.
Hubo quien pensó que Bernat acabaría vendiendo
la empresa a alguna multinacional extranjera, pero aguantó
y siguió creciendo.
En 1967 creó una nueva fábrica en San Esteve
de Sesrovires, cerca de Barcelona. También en esa época
abrió filiales en Francia y Nueva York y, como novedad,
cambió el palo de madera por uno de plástico,
más higiénico y menos peligroso.
En EEUU el caramelo se hizo muy popular, sobre todo con
la ayuda de Telly Savalas, que en cada capítulo de
la serie “Kojak” aparecía saboreando un
“Chupa-Chups”, dando nombre a una versión
del producto que llevaba un chicle en su interior.
Otros famosos se relacionarían más tarde con
el caramelo, como el Doctor Spock de “Star Trek”,
la modelo Esther Cañadas o las Spice Girls. Pero en
España, si alguien está unido a la imagen de
la golosina es Johan Cruyff, que, después de sufrir
un infarto, cambió el tabaco por el dulce para sobrellevar
la tensión en los partidos del Barça. Lo curioso
es que, ya antes, en Australia, la publicidad de Chupa Chups
se centraba en venderlo como un buen sustituto del tabaco,
diciendo en su eslogan “Fúmate un Chupa Chups”.
En 1974 la patente del invento expiró y todas las
empresas confiteras españolas se lanzaron a copiar
la idea, sacando al mercado todo tipo de caramelos con palo
y a un precio más bajo, pero Bernat siguió haciendo
crecer su empresa creando filiales en todo el mundo hasta
conseguir vender, en 1988, la cifra de 20.000 millones de
unidades.
Y es que los caramelos con palo de Bernat han llegado lo
más lejos posible. Poco después de instalarse
en Rusia, los responsables de la filial recibieron un curioso
pedido. No era muy grande, pero sí especial: los astronautas
rusos que vivían desde hacía meses en la estación
espacial MIR habían pedido que les enviaran “Chupa-Chups”,
consiguiendo convertir al caramelo en el primero con palo
que viajó al espacio.
Con la empresa consolidada a nivel mundial, el afán
emprendedor de Bernat le llevó a interesarse por las
finanzas y se hizo con el control de la compañía
Iberia Seguros, desde la que intentó influir en el
Consorcio Nacional de Leasing para lograr su objetivo de crear
un nuevo banco, pero diferentes movimientos empresariales
tiraron por tierra el proyecto.
Del control de Iberia Seguros, le quedó una de las
mayores joyas del modernismo: la Casa Batlló de Barcelona,
de Antonio Gaudí.
Retirado de la empresa desde que, en 1991, le cedió
el puesto de presidente a su hijo Xavier, Enric Bernat ha
muerto en Barcelona, a los 80 años.
VÍDEOS DE Enric Bernat
A continuación podemos ver un vídeo de Enric Bernat :