Miguel de la Quadra Salcedo y Gayarre nació en Madrid el 30 de abril de 1932. A los cuatro años se trasladó a Pamplona. Estudió en el colegio de las Misioneras del Sagrado Corazón y estuvo también interno en los jesuitas de Tudela. De vuelta a Madrid ingresó en la escuela de Peritaje Agrícola. En 1950 se inició en el atletismo de competición, destacando en las modalidades de lanzamiento de peso, martillo y jabalina.
En 1957 se trasladó a Puerto Rico para continuar sus estudios agrónomos en la Universidad de Mayaguez. Ese mismo año batió el récord mundial de lanzamiento de jabalina en Filadelfia (EEUU)con 91,82 metros, pero no fue homologado al considerarse ilegal su estilo de lanzamiento. Su adiós internacional como deportista tuvo lugar en los Juegos Iberoamericanos de Chile. Tras lograr una nueva copa, Miguel decidió abrir nuevos horizontes a su vida. Su primer impulso fue marcharse a la Isla de Pascua, pero entonces eso era una misión casi imposible. El ingenio de Quadra Salcedo solventó todos los inconvenientes y, tras entrevistarse con el presidente chileno, lo aceptaron como pasajero en el único barco que iba hacia la isla una vez al año.
A los tres meses de llegar a Pascua, sus inquietudes lo empujaron a enrolarse en un barco ballenero como marinero. Las capturas no llegaban y sus compañeros le acusaron de llevar el gafe ala nave y lo sometieron a un "exorcismo": pasar un cabo por debajo de la quilla, atar a Miguel por la cintura y tirarlo al agua para que atravesara por debajo de la nave de babor a estribor. Dio resultado, porque al día siguiente avistaron cachalotes. Con el dinero ganado como marinero, se compró su primer equipo fotográfico profesional, porque tenía en mente un gran sueño: recorrer y fotografiar el Amazonas.
Pero antes de eso fue camionero en los Andes, y durante una buena temporada transportó café, hojas de coca e indios entre las localidades peruanas de Puno y Cuzco. A principios de los años 60 llegó a la selva amazónica. Allí fue buscador de oro y platino, guía turístico y antropólogo del Gobierno colombiano.
De esa época la anécdota más llamativa fue la que lo convirtió en preso en una cárcel de la ciudad de Belén, confundido con un ladrón que había robado el Museo Etnológico de esa localidad. Gracias a la aluda del cónsul francés salió en libertad. El representante español, al ver al reo indocumentado y con tan mal aspecto, no quiso saber nada del tema. En tierras amazónicas descubrió los secretos de la hierba de la "sabiduría" y del curare, convivió de igual a igual con los aborígenes, contrajo la malaria y el tifus, comió mono, serpiente, gusanos y grillos, fue picado por una especie de mosca que deposita las larvas en el interior de la piel de los seres humanos... y realizó algunos de los reportajes más impactantes de su vida. Miguel de la Quadra no encontró riqueza sen aquellos primeros años de contacto con el Amazonas (lugar al que ha viajado hasta hoy 33 veces), pero volvió a España en 1963 con unos reportajes impresionantes, realizados con una vieja cámara de superocho, entre los que sobresalían las escenas de su pelea contra una anaconda.
Tras conseguir una cita con el entonces director de TVE, Enrique Casas, en el Ente Público se vieron cuenta de que tenían delante a un todo terreno periodístico. Le propusieron que realizara un reportaje en el Congo. Era 1964y en el país se libraba una cruenta guerra. Aquel viaje casi lo llevó a la muerte, porque, tras rodar imágenes de la ejecución de 300 prisioneros, los gendarmes katangueños lo detuvieron acusándolo de espía. Unos mercenarios cubanos lo rescataron antes de ser fusilado. Ése fue su primer gran reportaje. A la "aventura" en el Congo, siguieron las de Eritrea, Nigeria (donde también estuvo a punto de ser fusilado), un viaje de 100 días de Moscú a Jerusalén, pasando por Mongolia y Japón. Precisamente fue en este último país donde contrajo matrimonio con Marisol Azurmendi. Llevaban tiempo de novios, y, cansada de esperar el "Sí, quiero" en España, la chica cogió un avión y se plantó en Tokio, donde se casaron el 12 de noviembre de1965. La recién casada explicaba tiempo después con ironía que "en lugar de irnos de luna de miel nos fuimos de guerra". Miguel la llevó a Vietnam y a Camboya. La primera casa que tuvieron fue "una cabaña flotante sobre el Amazonas, a la que llamaron Doña Sol. Estaba compuesta de dos canoas amarradas, y teníamos una gallina que ponía huevos todos los días". Con los años tuvieron tres hijos: Rodrigo, Sol e Iñigo. Aunque sus amigos lo definen como "un buen esposo y un gran padre", su vida siguió de país en país y de guerra en guerra.
Todavía le quedó tiempo para trabajar como ocasional domador de fieras en el circo de Ángel Cristo y especialista de cine en escenas de riesgo, en películas como "Rey de Reyes" y "Orgullo y pasión".Además de sus reportajes, figuran entre sus trabajos periodísticos las entrevistas a los dirigentes del Polisario y a un rehén español, las realizadas al poeta Pablo Neruda, al hermano del Che cuando iba a reconocer el cadáver del revolucionario, y al Dalai Lama; las imágenes sobre el triángulo mortal del opio, tomadas en la entonces prohibida China, las del presidente Salvador Allende recién abatido por las balas de los militares chilenos golpistas en el 73 (secuencias no emitidas por la televisión franquista), las del terremoto de Managua o las de las guerras árabe-israelíes.
Durante la década de los 70, Miguel permaneció vinculado a TVE como reportero de programas como "Datos para un informe", "Los reporteros", "El mundo en acción" y " Primera página". A principios de los 80 realizó la serie "Españoles en el Pacífico" e intervino en el concurso de Isabel Tenaille "A la caza del tesoro". En 1985 se embarcó en la primera expedición de "Aventura 92",que ahora se denomina "Ruta Quetzal", y en la que participan jóvenes españoles y latinoamericanos. A grandes rasgos, la "aventura" consiste en un viaje desde España a Latinoamérica en el que los chicos estudian la geografía, la historia y el ecosistema de las zonas que se visitan. Hoy, a sus 70 años de edad, Miguel de la Quadra Salcedo se mantiene en una forma física envidiable, y ha desterrado de su vocabulario la palabra retirada: "No sabría habituarme a la jubilación, porque me lo impediría mi espíritu inquieto. Sigo siendo un adolescente, y ya tendré tiempo de pensar en retiradas cuando sea mayor. En el 2003 seguiré con la Ruta Quetzal y haré una serie documental para TW sobre nuestros parques nacionales". A estas alturas de la vida, Miguel puede jactarse de guardar en sus vitrinas numerosos premios y galardones, pero ningún trofeo se puede comparar alas aventuras vividas alo largo de una existencia fuera de lo normal. Y de esto, precisamente, es de lo que él más presume.
VÍDEOS DE Miguel de la Quadra-Salcedo
A continuación podemos ver un vídeo de Miguel de la Quadra-Salcedo :
