Claudia Cardinale

Claudia CardinaleClaude Josephine Rose Cardin, verdadero nombre de Claudia Cardinale, nació el 15 de abril de 1938 en la capital de Túnez. Fue la primera de los nueve hijos de un matrimonio italiano emigrado que mantuvo intacta su identidad nacional. Educada en francés ya que Túnez era una colonia de Francia, Claudia fue una niña de ojos grandes y personalidad introvertida. Aunque tenía un carácter fuerte, vivía sometida a la voluntad de su padre, un ferroviario siciliano orgulloso de la belleza de su hija.

Claudia no pensaba ni remotamente que su futuro pudiera pasar por el cine. Quería estudiar magisterio, pero todo cambió radicalmente cuando, con 18 años, su padre la animó a participar en un concurso de belleza en el que fue elegida “la italiana más bella de Túnez”. El premio consistía en un viaje al Festival de Cine de Venecia. En el aeropuerto de la ciudad italiana, los fotógrafos esperaban la llegada de Esther Williams, pero la que salió por la portezuela del avión fue una jovencita morena y sonriente, que miraba asombrada a las cámaras con sus enormes ojos negros. Sus fotos aparecieron publicadas en la prensa italiana donde las vio Franco Cristaldi, un hombre que sería decisivo en la vida de esta diva cinematográfica. Propietario de una productora, Cristaldi contacto com ella cuando Claudia ya había vuelto a Túnez y le propuso becarla para estudiar interpretación en una escuela de Roma, ciudad donde Claudia y su familia se instalaron. Convertido en su pigmalión, Cristaldi le hizo firmar un contrato prohibiéndole cortarse el pelo, casarse o engordar. También le prohibió que revelara que era madre de un niño, Patrick, cuya paternidad Claudia nunca ha revelado. Hasta que cumplió 19 años, Patrick fue oficialmente su “hermano pequeño”.

Tras unos primeros papeles que potenciaban la imagen de joven sensual e ingenua, su primera película importante fue “Rufufú” (1959), filme que también lanzó al estrellato a Marcello Mastroianni. Ese mismo año, en el mayor de los secretos, Claudia se casó con Cristaldi, que adoptó a Patrick como hijo.

A principios de la década de los 60, Claudia estaba consagrada como uno de los valores del cine italiano, aunque siempre la doblaban en las películas para ocultar su fuerte acento francés cuando hablaba en italiano. Una de las anécdotas de su vida es la terrible disputa que hubo entre Luchino Visconti y Federico Fellini. Los dos directores la querían para trabajar como protagonista exactamente en las mismas fechas. La contienda terminó con un acuerdo para compartirla en semanas alternas: para Visconti interpretaba una semana a la sensual Angélica de “El Gatopardo” -que muchos califican como su mejor interpretación-, y la otra semana hacía de sí misma para Fellini en “Ocho y medio”. Volvió a repetir en dos ocasiones más con Visconti y también fue una de las actrices del director de “spaguetti-western”, Sergio Leone.

En 1966, el cantante norteamericano Bob Dylan utilizó para la portada de su álbum “Blonde On Blonde” una foto de la bellísima Cardinale.

Por su parte, Cristaldi perseguía que ésta se abriera paso en Hollywood. Consiguió para ella un papel en “La pantera rosa”, de Blake Edwards, que tuvo un enorme éxito en todo el mundo, y también logró que le dieran el papel de hija de Rita Hayworth en la espectacular “El fabuloso mundo del circo”, de Henry Hathaway, rodada parcialmente en los estudios del productor Samuel Bronston en Madrid. En la Meca del Cine trabajaría también en “Los profesionales”, de Richard Brooks, o “No hagan olas” (1967), al lado de Tony Curtis. Pero, sus dificultades con el inglés y no querer trasladarse a vivir a EEUU impidieron que su éxito allí fuera mayor.

Cristaldi también quería que Claudia triunfase en Francia y la actriz rodó con Jean Paul Belmondo “La viaccia”, una historia en la que tenía un papel erótico al estilo de su coetánea, la francesa Brigitte Bardot. Volvería a trabajar con Belmondo en el film de aventuras “Cartouche”.

Convertida en estrella en los años 70, Claudia llevaba una vida muy tranquila, trabajando, sin escándalos y siendo consciente de su “fabricación”. “Franco elaboró un personaje que encajaba con el de la estrella que faltaba en nuestro país: la virgen a la que todo el mundo quería poseen lamentado a la vez que eso ocurriera. Gina simbolizaba a la procaz campesina; Sophia daba el tópico de chica de ciudad. También habían representado el pecado sexual la Pampanini, la Mangano, la Koscina, la Allasio... Por eso, yo, con menos curvas y un rostro más dulce que ellas, me convertí en la virgen, aunque en la realidad era una mujer temperamental y volcánica”, confesó en una ocasión la actriz.

El mismo año que se divorció de Cristaldi -1975- se unió sentimentalmente al director Pasquale Squitieri, que la dirigió en varias películas: “Claretta” (interpretación de la amante de Mussolini, Clara Petacci, que le valió el premio a la mejor interpretación femenina del Festival de Venecia en 1984), “Azul eléctrico” y “El abad Pierre” Squitieri, al que sigue unida sentimentalmente, es padre de su hija Claudia, nacida en 1979, cuando Cardinale tenía 41 años y era abuela, ya que su hijo fue padre ese año. Entre sus muchas películas destacan “La chica de la maleta”, “Misión secreta”, “Érase una vez en el oeste”, “Las petroleras”, con Brigitte Bardot, “Fitzcarraldo”, rodada en la selva amazónica. También trabajó en series de televisión como “Con ocho basta” o “La Revolución Francesa”.

Durante la década de los 90, volvió a rodar a las órdenes de su pareja e intervino en producciones tan diversas como “El hijo de la pantera rosa” o la tunecina “Un verano en la Goulette”. En mayo del 2000, debutó en el teatro bajo la dirección de Maurizio Scaparro con la obra “La Venexiana”, y ha subido dos veces más a los escenarios. En el 2002, recibió un premio por el conjunto de su carrera en el Festival de Cine de Berlín.

Fuertemente comprometida con los derechos de la mujer y de los homosexuales, Claudia es, desde 1999, embajadora de Buena Voluntad de la Unesco, organismo con el que colabora para sensibilizar a la opinión pública en esos temas. Autora de una autobiografía –“Moi Claudia, Toi Claudia”-, en el 2005 publicó un libro, “Mes Étoiles”, sobre sus relaciones personales y profesionales con directores y actores. El pasado día 15 cumplió los 70 años, sin celebrarlo, porque, según ella, “creo en el destino, como los orientales, y estoy convencida de que todo está ya escrito”.

VÍDEOS DE Claudia Cardinale
A continuación podemos ver un vídeo sobre Claudia Cardinale:





Fotos de Claudia Cardinale:




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