Burt Lancaster



BIOGRAFÍA DE Burt Lancaster :

Nació en Nueva York con el nombre de Burton Stephen Lancaster el 2 de noviembre de 1913 como uno de cinco hijos de un trabajador de correos. Creció en el Harlem oriental o Harlem Español y pasaba muchas horas en la calle, donde desarrolló su interés y su habilidad por el ejercicio físico y la gimnasia. Más tarde trabajó en el circo, hasta que un accidente le obligó a abandonar esta profesión.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Lancaster actuó en espectáculos del ejército. Aunque al principio la interpretación no le atrajo, cuando volvió del servicio militar intentó ser actor y recibió una oferta para un papel en una obra teatral en Broadway.

No tuvo éxito, pero un agente de Hollywood se fijó en él y le consiguió, en 1946, su primer papel cinematográfico en la película Forajidos junto a Ava Gardner. En esta ocasión sí tuvo un éxito considerable, de forma que intervino al año siguiente en otras dos películas.

Licenciado en 1946, regresó a Nueva York, y, tras un breve paso por el teatro, fue descubierto por Mark Hellinger, quien le llevó a la Universal para interpretar, en la obra maestra de Robert Siodmak, Forajidos (1946), a un boxeador fracasado que se ve sorprendido en una intriga de muerte y seducido por los inestimables encantos de una Ava Gardner, nunca tan guapa, embutida en un insinuante vestido de satén negro. Gracias a sus personajes, malditos, que rezumaban erotismo por todos los poros, los dos juntos se incorporaron al rodaje, y llevaron la película de cabeza a la mitología del cine negro.

Siguió desenvolviéndose a las mil maravillas por la senda negra, asustando a Bárbara Stanwyck en un filme magnífico de Anatole Litvak, Voces de muerte (1948). En El abrazo de la muerte (1949), de Robert Siodmak, se vio abocado, por el influjo de una mujer (Ivonne De Carlo), a participar en un golpe insensato, un atraco perfecto en un hipódromo, teniendo como cómplice precisamente al nuevo compañero de la mujer, un peligroso gángster, el siempre inquietante Dan Duryea. Lancaster volvió a incorporar a un hombre físicamente dotado, pero sentimentalmente débil. Acabará siendo manejado por una mujer (como en Forajidos), ofuscado por el amor o por el deseo sexual.

Inmediatamente, Lancaster interpretó el Dardo de El halcón y la flecha (1950), de Jacques Tourneur, y el pirata de El temible burlón (1952), de Robert Siodmak. En la primera, Lancaster se destapa siendo el aguerrido y risueño héroe italiano medieval que lucha por su hijo, el amor de una Virginia Mayo, con los labios en Technicolor, y la libertad de su tierra, Lombardía. En la segunda, es un gallardo pirata en una de las piezas clásicas del género de aventuras, por no decir del cine en general. En ambas tenía un viejo amigo para, entre mandoble, galanteo y caída de velas, guardarle las espaldas: su mudo compañero Nick Cravat.

En medio de estos dos clásicos, se fue, por primera vez, al oeste norteamericano, de la mano, curiosamente, de un gran experto en la aventura, Richard Thorpe, en El valle de la venganza (1951) su primer western. Pero volvió tres años más tarde con fuerza en dos magistrales muestras del género. Antes, en 1953, se dio el baño más famoso de la historia del cine, quizá porque lo hizo con una bellísima Deborah Kerr (encorsetada en un bañador atrevidísimo para la época), en el papel más erótico y seductor de toda su carrera. El filme, De aquí a la eternidad, de Fred Zinnemann, se convirtió en un éxito enorme, consiguiendo ocho Oscars (incluido el de mejor película), y Burt Lancaster impresionó con su sobria interpretación, lo que le valió el primer premio de la crítica de Nueva York y una candidatura para el Oscar.

Burt Lancaster fue, además, el primer actor de su generación que se dio cuenta a tiempo de la fragilidad del sistema de los grandes estudios y se lanzó a producir por su cuenta. Fundó, en 1947, junto al célebre guionista Ben Hecht la Norma Production, que, luego, con la incorporación de James Hill, pasó a llamarse Hecht-Hill-Lancaster. Los frutos, por ejemplo, llegaron con Apache (1954), de Robert Aldrich, uno de los primeros alegatos en favor de la maltratada y exterminada raza india, y una magnífica interpretación de un Lancaster embetunado para la ocasión; y, sobre todo, en ese mismo año, con Veracruz, del propio Aldrich.

Lancaster incorporaba a un personaje, algo frustrado, con sonrisa asesina, vividor, tan detestable como encantador, todo lo contrario que Gary Cooper, su compañero, más tranquilo, justo, pleno de principios morales, y reflexivo. No les quedó más remedio que vivir juntos las mismas aventuras, la misma epopeya, en un duelo interpretativo casi épico. La actriz española Sara Montiel, lucía su maravilloso palmito entre estos dos monstruos de la pantalla.

Se lanzó a la dirección con El hombre de Kentucky (1955), que no aportó nada nuevo a su carrera (volvió a repetirlo, muchos años después, en El hombre de medianoche -1974-, que corrió la misma suerte); y, ese mismo año, aportó una soberbia tranquilidad a su personaje de despreocupado italiano en La rosa tatuada, de Daniel Mann, junto a Anna Magnani, según la obra homónima de Tennessee Williams. Viajó, un año después, a Europa, para rememorar viejas acrobacias en Trapecio, de Carol Reed, una encantadora cinta de trapecistas que se lanzan en un triple salto mortal sin red. Estos temerarios del aire eran, aparte Burt Lancaster, Tony Curtis y una maravillosa Gina Lollobrigida.

En 1957, regresó al Oeste interpretando al Wyatt Earp de Duelo de Titanes, de John Sturges, una nueva versión del viejo tema del enfrentamiento entre los Clanton y los Earp en O.K. Corral, ya llevado magistralmente por John Ford, en Pasión de los fuertes (1946). En esta ocasión, Dimitri Tiomkin compuso una pegadiza y original melodía que se hizo muy familiar. El Oscar le llegó con El fuego y la palabra (1960), de Richard Brooks, donde da vida, de manera sublime, bajo la apariencia del altruismo y de la generosidad, a un falso evangelista que, con la bendición de la religión, manipula, no sin un cierto regocijo, a las masas crédulas y traumatizadas a través del mítico chantaje del infierno.

Con ¿Vencedores o vencidos? (1961), de Stanley Kramer, comenzó una serie de interpretaciones humanitarias y tiernas. Le siguió su alentador trabajo para El hombre de Alcatraz (1962) de John Frankenheimer, una interesante reconstrucción de la reconversión de un criminal en un ornitólogo de prestigio; y terminó con Ángeles sin paraíso (1963), una conmovedora película de John Cassavetes, sobre los niños con problemas para relacionarse con los demás.

Ese mismo año marchó a Italia para ponerse a las órdenes de Luchino Visconti. Lancaster estuvo sublime como el Príncipe don Fabrizio Salina, en uno de los más bellos, frescos y románticos filmes de la historia del cine, además de histórico y político: El Gatopardo. Con Visconti, once años después, volvió a estar espléndido en Confidencias (1974). Lancaster se reencarnó en ese profesor envejecido, amante de la literatura y la pintura, que siente llegar la muerte, y que se debate entre angustias personales y el desencanto por tener que compartir lugar con jóvenes burgueses disolutos y desordenados, incapaces de sentir, ni el arte, ni la vida. En Italia, todavía tenía llegar otro título mítico. Esta vez obra de Bernardo Bertolucci: Novecento (1976), que, como El Gatopardo y Confidencias, volvió a fracasar entre sus compatriotas.

A lo largo de los años setenta, apareció en el filme que puso de moda los productos de catástrofes, Aeropuerto (1970) de George Seaton, y, más tarde, en otro que ayudó a reforzar el género, El puente de Cassandra (George Pan Cosmatos, 1977). Ofreció una de sus mejores interpretaciones en La venganza de Ulzana (1972), un impresionante western de Robert Aldrich, e intervino también en la importante superproducción Amanecer Zulú (1979), de Douglas Hickox.

Fue requerido, por su gran presencia, para tres filmes de culto en los años ochenta: Un tipo genial (1983), de Bill Forsyth, donde interpreta a un magnate obsesionado con contemplar una aurora boreal, por lo que pretende comprar todo un pueblo; La piel (1981), de Liliana Cavani; y Atlantic City (1980), de Louis Malle, por la que volvió a ser nominado al Oscar gracias a su memorable interpretación. Aún, en 1989, resultó todo un lujo volverle a ver en esa pequeña joya del cine que es Campo de sueños, de Phil Alden Robinson, interpretando a un doctor que ha tomado los caminos que la vida le ha ofrecido, pero que nunca ha olvidado lo que el Baseball ha significado para ésta.

La carrera cinematográfica de Burt Lancaster ha atravesado por distintas etapas: en los años cincuenta fue uno de los más insignes acróbatas del cine de aventuras; en los años sesenta, se rebeló como el más empecinado actor de culto; en los años setenta fue una baza segura para la producción en la que participaba, y en los ochenta gozó de una madurez gloriosa.

Asusta ver la impecable filmografía de un actor irrepetible, capaz de saltar encima de un caballo, pasar por un aristócrata italiano o columpiarse a 25 metros de altura. Lancaster no ha parado de sorprender a las distintas generaciones de cinéfilos que le han ido conociendo a través de sus películas. Cuando fue catalogado como un actor de registro limitado, Lancaster dio cantidad y calidad, y supo callar las lenguas que le asignaban pocas armas para triunfar.

Trabajó en varias producciones europeas con directores como Luchino Visconti o Bernardo Bertolucci. Interesado en papeles exigentes, estuvo dispuesto en más de una ocasión a trabajar por una compensación económica muy por debajo de la habitual si el guión y el director le parecían interesantes. Incluso ayudó a financiar con su propio dinero películas que consideraba de un especial valor artístico. También produjo algunas películas del incipiente cine independiente, ayudando a directores como Sydney Pollack o John Frankenheimer a consolidarse en el mundo del cine. Asimismo, apareció en varias películas producidas para la televisión.

Fue también un defensor de minorías y apoyó financieramente la creación de grupos liberales, lo que hizo crecer el rumor de su posible militancia comunista cuando se opuso al macartismo. Más adelante en su vida fue un opositor a la Guerra de Vietnam. Siendo un defensor de los derechos de los homosexuales, se incorporó a la lucha contra el Sida en 1985, cuando su amigo Rock Hudson adquirió el mal.

Fue una persona muy celosa de su intimidad. Estuvo casado en tres ocasiones y tuvo cinco hijos de esos matrimonios. Se casó con su tercera esposa ya en el ocaso de su vida, en 1991. A medida que se hizo mayor, su corazón comenzó a fallar, lo que le impidió seguir desarrollando su actividad profesional con normalidad. Tuvo que someterse a una operación a corazón abierto, y un ataque cerebral le obligó a usar una silla de ruedas, quedando parcialmente paralítico. Falleció en 1994, en su casa de Los Ángeles, como consecuencia de un infarto cardíaco. Sus restos se encuentran en el Cementerio Westwood Village Memorial Park de Los Ángeles, California.

VÍDEOS DE Burt Lancaster :
A continuación podemos ver un vídeo de Burt Lancaster :








FOTOS DE Burt Lancaster :









FILMOGRAFÍA DE Burt Lancaster :


      *      Campo de sueños (1989)
      *       The Jeweller's Shop (1989)
      *       El cohete de Gibraltar (1988)
      *       Project (1987)
      *       Otra ciudad, otra ley (1986)
      *       Pequeño tesoro (1985)
      *       Clave: Omega (1983)
      *       Un tipo genial (1983)
      *       La piel (1981)
      *       La leyenda de Bill Doolin (1981)
      *       Atlantic City (1980)
      *       Amanecer zulú (1979)
      *       La patrulla (1978)
      *       La isla del doctor Moreau (1977)
      *       Alerta misiles (1977)
      *       El puente de Casandra (1976)
      *       Novecento, 1900 (película) (1976)
      *       Buffalo Bill (1976)
      *       Confidencias (1974)
      *       El hombre de la medianoche (1974)
      *       Acción ejecutiva (1973)
      *       Scorpio (1973)
      *       La venganza de Ulzana (1972)
      *       Que viene Valdez (1971)
      *       En nombre de la ley (1971)
      *       Aeropuerto (1970)
      *       Los temerarios del aire (1969)
      *       La fortaleza (1969)
      *       El nadador (1968)
      *       Camino de la venganza (1968)
      *       Los profesionales (1966)
      *       La batalla de las colinas de whisky (1965)
      *       El tren (1964)
      *       Siete días de mayo (1964)
      *       El último de la lista (1963)
      *       El gatopardo (1963)
      *       Ángeles sin paraíso (1963)
      *       El hombre de Alcatraz (1962)
      *       Vencedores o vencidos (1961)
      *       Los jóvenes salvajes (1961)
      *       El fuego y la palabra (1960)
      *       Los que no perdonan (1960)
      *       El discípulo del diablo (1959)
      *       Mesas separadas (1958)
      *       Torpedo (1958)
      *       Chantaje en Broadway (1957)
      *       Duelo de titanes (1957)
      *       El farsante (1956)
      *       Trapecio (1956)
      *       La rosa tatuada (1955)
      *       El hombre de Kentucky (1955)
      *       Veracruz (1954)
      *       Apache (1954)
      *       Su majestad de los mares del sur (1954)
      *       Three Sailors and a Girl (1953)
      *       De aquí a la eternidad (1953)
      *       Huracán de emociones (1953)
      *       Vuelve, pequeña Sheba (1952)
      *       El temible burlón (1952)
      *       Diez valientes (1951)
      *       Jim Thorpe, el declive de un campeón (1951)
      *       El valle de la venganza (1951)
      *       El caso 880 (1950)
      *       El halcón y la flecha (1950)
      *       Soga de arena (1949)
      *       El abrazo de la muerte (1949)
      *       Sangre en las manos (1948)
      *       Voces de muerte (1948)
      *       Todos eran mis hijos (1948)
      *       Al volver a la vida (1948)
      *       La hija del pecado (1947)
      *       Fuerza bruta (1947)
      *       Forajidos (1946)