Elizabeth
Anne Bloomer Warren Ford nació el 8 de abril de 1918
en Chicago (EEUU). Su padre, William Stephenson Bloomer, era
un viajante comercial y su madre, Hortense Neahr, heredera
de una familia dedicada a la fabricación de muebles.
La menor de tres hermanos, cuando tenía 2 años
la familia se instaló en Grand Rapids (Michigan), lugar
que ella siempre consideró su hogar.
Con 1l años empezó a hacer de modelo -cobraba
3 dólares el pase- para pagarse las clases de ballet
y, mientras estudiaba en el instituto, abrió una escuela
de danza, en la que enseñaba a bailar foxtrot y vals.
Aquello le ayudó a superar la muerte de su padre por
envenenamiento de monóxido de carbono cuando arreglaba
el coche en el garaje, un suceso que nunca se supo si fue
accidente o suicidio.
En 1940, se trasladó a Nueva York y empezó
a estudiar danza con la bailarina y coreógrafa Martha
Graham. Paralelamente, trabajó como modelo, desfilando
para varios grandes almacenes. Llegó a bailar en el
Carnegie Hall, pero la cosa quedó ahí porque
su madre se opuso enérgicamente a que siguiera su carrera
artística y la obligó a volver a casa. De regreso
a Grand Rapids,fue coordinadora de modas para unos grandes
almacenes y profesora de danza de niños sordomudos
y ciegos. En su tiempo libre practicaba deportes como el hockey
o el fútbol americano pero, tras algunos problemas
de salud, se cambió al golf, el esquí y el tenis.
En 1942, se casó con un amigo de la infancia, William
C. Warren, un vendedor de seguros con el que se mudó
en repetidas ocasiones de ciudad, pero en 1947 la pareja se
rompió debido al alcoholismo de él.Unos meses
antes de divorciarse, Betty había conocido a través
de unos amigos comunes a un joven abogado y (marine) condecorado
durante la II Guerra Mundial llamado Gerald Ford. Jerry, como
lo apodaban, empezaba entonces su carrera política
postulándose como republicano en la Cámara de
Representantes. Betty y Jerry se acabaron enamorando, pero,
al no estar seguro él de cómo reaccionarían
los votantes al saber que quería casarse con una bailarina
divorciada, pospuso la boda hasta que la candidatura se hizo
oficial. Tras ser nominado como representante republicano,
Gerald y Betty se casaron el 15 de octubre de 1948. La anécdota
del enlace la protagonizó el novio al llegar tardea
la ceremonia y con los zapatos sucios porque estaba ya en
plena campaña electoral.
A los dos meses de la boda, Gerald fue elegido congresista
-cargo que ejercería durante 25 años consecutivos-
y él y Betty se convirtieron en uno de los matrimonios
más relevantes de la vida social de Washington. La
familia se construyó una casa en Alexandria, a las
afueras de la capital, y un apartamento en Vail (Colorado),
estación de esquí en la que disfrutaban de las
vacaciones de invierno con sus cuatro hijos: Michael Gerald
(1950), John Gardner (1952), Steven Meigs (1956) y Susan Elizabeth
(1957).
Pero no tardaron en llegarlos problemas. Por motivos laborales,
Jerry se pasaba la mayor parte del tiempo fuera de casa y
Betty se vio desbordada por las labores domésticas
y la crianza de los hijos. Como mujer de congresista, tenía
además que acudir a numerosos actos sociales, cenas
solidarias y eventos oficiales. Todo aquel estrés le
produjo problemas musculares, que le llevaron a tomar calmantes
y tranquilizantes. Pero el consumo de estos fármacos
se intensificó, hasta el extremo de convertirse en
adicción. Una adicción a la que se sumó
el alcohol, que se convirtió en su refugio contra la
soledad. Betty silenció todos aquellos problemas para
no perjudicara su marido que, en 1973, después de la
renuncia de Spiro Agnew se convirtió en vicepresidente
del país. Al poco, el 9 de agosto de l974, Nixon dimitió
por el escándalo Watergate y Ford se convirtió
en el 38º presidente de los EEUU y en el primero que
llegaba a la Casa Blanca sin haber sido elegido en unas elecciones.
A diferencia de otras primeras damas “decorativas”,durante
los 896 días que Gerald Ford estuvo en la Casa Blanca
Betty se ganó el apelativo de “Primera Dama Combatiente”
por su activa defensa de sus ideales, algunos contrarios al
ideario del partido de su marido: firme defensora del aborto,
batalló para que la Enmienda por la Igualdad de Derechos
fuera incluida en la Constitución; estaba a favor de
las relaciones prematrimoniales, de la legalización
de la marihuana y de la defensa de los derechos civiles, en
especial de los homosexuales. Sus feministas puntos de vista
sacaban de quicio a los republicanos más retrógrados.
Mujer abierta y divertida, en una ocasión aseguró
que le habían preguntado “casi de todo, menos
cuántas veces tenemos sexo el presidente y yo y, si
me lo hubieran preguntado, habría contestado: Tan a
menudo como nos es posible”. Era tan franca y directa
que, cuando alguien le dijo que por qué había
ocultado su anterior matrimonio,Betty exclamó: “Nunca
lo he hecho. Simplemente, nadie me lo había preguntado”.
Cuando el demócrata Jimmy Carter venció a su
marido en noviembre de 1976, Betty dio a conocer el secreto
mejor guardado de su vida: pocas semanas después de
convertirse en primera dama se había tenido que someter
a una mastectomía y, durante dos años, recibió
quimioterapia. Aquella confesión pública ayudó
a que millones de mujeres se animaran a ir a los hospitales
a someterse a revisiones. “Fue una experiencia dura,
pero lo hice para que a otras mujeres no les ocurriera lo
que a mí. Mi marido fue el primero en darme ánimos
y me dijo: No te preocupes, cariño.Si ya no puedes
llevar trajes escotados por delante, siempre puedes llevar
los escotes a la espalda. Y tenía razón”.
En 1978, sus hijos y su marido le dijeron que no podían
seguir contemplando, impasibles, cómo se iba destruyendo
día a día a causa de sus adicciones. “Te
queremos demasiado para dejarte morir de esta manera”
le dijeron. Aquellas palabras obraron efecto y Betty admitió
su adicción, ingresó en el Long Beach Naval
Hospital y cuatro años más tarde creó
la Fundación Betty Ford Center, que, hasta la fecha,
ha ayudado a millones de personas a desintoxicarse, entre
ellos Liza Minnelli, Lindsay Lohan, Robert Downey Jr. Y Elizabeth
Taylor quien estando en la clínica, en 1988, conoció
a Larry Fortensky, con el que se casó. “En el
centro tratamos a todas las personas por igual, da lo mismo
que seas famoso o no. Tienes que lavar tu ropa,limpiar tu
cuarto, hacer ciertos trabajos en beneficio de la comunidad
o compartir la habitación con un extraño”,explicaba
hace unos años.
Tras abandonar Washington, Betty y Jerry se mudaron a California,
concretamente a Rancho Mirage, una zona residencial de Palm
Springs, donde Betty continuó llevando una activa vida
pública. Dio numerosas conferencias, prestó
su nombre a varias organizaciones de ayuda social, continuó
con sus ideales feministas, apoyó los derechos de los
más desvalidos, publicó libros sobre desintoxicación
y una autobiografía. Humilde, siempre tuvo muy claro
el papel que le tocó vivir: “He sido una mujer
corriente que fue llamada a escena en una época extraordinaria.
Yo no fui una mujer diferente, una vez llegué a la
Casa Blanca, de lo que había sido antes. Sólo
por un accidente de la historia llegué a ser una persona
interesante”. En diciembre del 2006, falleció
Gerald Ford y, desde entonces, por su delicado estado de salud,
Betty apenas salía de su casa. El 8 de julio falleció,
a los 93 años, en su casa de Rancho Mirage, siendo
una de las primeras damas más longevas, por detrás
de Bess Truman y Lady Bird Johnson.
VÍDEOS DE Betty Ford
A continuación podemos ver un vídeo de Betty Ford :