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Aristófanes



BIOGRAFÍA DE Aristófanes:

Nombre real: Aristofanes
Profesion: Poeta cómico.
Nacimiento: 520 y el 515 a.C.
Lugar de Nacimiento: Esparta


Poeta cómico ateniense: ignóranse las fechas de su nacimiento y de su muerte. Dióse a conocer en 427 a. de J. C. en que se representó su primera comedia, y en este tiempo se cree que aun no había cumplido la edad que la ley fijaba para obtener un coro, es decir, que no había cumplido 30 años: puede fijarse, por tanto, su nacimiento hacia el año 450. Su familia procedía de Rodas, y aunque se le incluye entre los poetas atenienses, acaso no hubiera nacido en Ática, pues Cleonte, demagogo, atacado por él en su primera comedia los Babilonios, una de las perdidas, se vengó acusándole de no ser ciudadano de Atenas. Aristófanes volvió a poner en escena a su enemigo, haciendo el papel de Cleonte por no hallar actor ninguno que se atreviese a provocar la ira de aquel político vengativo y de poderosa influencia. En 424 representóse la primera de sus piezas con su nombre: titulábase las Nubes. La que ofreció al público en 427 llevaba, por la razón dicha más arriba, un nombre prestado. En 390 se representó o repitió el Pluto, su última obra, o cuando menos, el Pluto reformado.

En esta fecha murió o dejó de escribir para el teatro. Aristófanes es un autor de comedias políticas, y representa en sus obras las tendencias aristocráticas y la oposición a las nuevas ideas filosóficas que simboliza Sócrates. Parece respetuoso con la muchedumbre, pero en realidad la escarnece y zahiere sus vicios y extravagancias, su injusticia y su inmoralidad, con la poderosa arma del ridículo y sin misericordia. Derrama al mismo tiempo tanta gracia e ingenio, despréndense de sus censuras tan severas lecciones, que la multitud le aplaude y los mismos que en la escena satiriza se ríen. «Ningún soberano, dice W. Schlegel, y el pueblo de Atenas lo era entonces, consintió nunca con tanto gusto en que le dijesen tan insignes verdades, ni comprendió mejor la chanza». Los medios empleados por el poeta produjeron, a la postre, lo contrario a sus propósitos, o sea la corrupción de las ideas y costumbres y el envilecimiento de los espíritus. No es el primer poeta cómico, mas sí el primer satírico de todos los tiempos. El pueblo ateniense le celebró, pero hombres tan ilustrados como Platón entre los antiguos y Fenelón entre los modernos no le celebraron menos. Platón dice que: «Buscando las Gracias un santuario indestructible, hallaron el alma de Aristófanes y jamás la abandonaron».

Descuidado a veces en la invención y desarrollo de la fábula, es siempre modelo soberano en el diálogo. Su estilo y versificación, acabadísimos modelos de pureza ática, son también de intento mezcla de todos los dialectos y de todas las formas métricas, forjando con frecuencia vocablos combinados de un modo extravagante. Quieren algunos de sus admiradores ver en sus comedias la pintura fiel y exacta de la sociedad ateniense del siglo V antes de nuestra era. Esta pintura, sin embargo, está hecha por un hombre de partido, y es casi siempre apasionada. Puede elogiársele cuando se burla de los Cleontes y demás políticos inmorales: pero jamás podrá hallarse excusa a sus invectivas contra Sócrates, Pericles y otros hombres ilustres; fue quizás el causante de la muerte del inmortal filósofo ateniense. De 44 piezas que compuso, número que algunos elevan hasta 54, sólo 11 han llegado íntegras hasta nosotros. He aquí sus nombres: Acharnienses, Άχαρνεϊς; Los caballeros Ιππεϊς; Las Nubes, Νεφελαι; Las Avispas, Σφήχεϊς; La Paz, Είρήνη; Las Aves, Όρνθες; Las Mujeres celebrando las fiestas de Ceres, Θεσμοφοριαξουται; La Lysistrata, Λυσιστράτρ; Las Ranas, Βάτραχος; El Congreso de mujeres, Έχχλασιάξουσαι; El Pluto, Πλοδτος (V. CADA NOMBRE). Excitada, se dice, la cólera de los oradores por estas licencias de la comedia antigua, logró en 388 Antímaco que se prohibiera por una ley llevar al teatro nombre ninguno de personaje.

Aristófanes compuso entonces su Cócalo, obra perdida para nosotros, desprovista de toda alusión política, con lo cual se inauguró la comedia nueva. Aceptada esta versión, hay que poner mas acá la fecha de la muerte y de la época en que dejó de escribir Aristófanes. Para formarse idea de lo que era entre los griegos la comedia política, que cumplía análogo papel al de la prensa periódica en nuestros días, basta el siguiente fragmento de los Caballeros, en que Aristófanes fustiga en su personaje Agoracrito al agitador Cleonte. «Tu eres un hombre zafio; eres un malvado y la hez de la plebe; pero tu voz es atronadora, tu elocuencia desvergonzada. tu gesto maligno, tu charlatanismo muy a propósito para la plaza pública; descansa, pues, en mis palabras, posees todas las dotes que se necesitan para gobernar a Atenas».

Y personificando al pueblo en el viejo Demos, hace que el coro le cante en la misma comedia estas palabras: «Eres un imbécil, adulador e intrigante: te conducen asido por la nariz, y tú, extasiado cuando te arengan, permaneces inmóvil con la boca abierta. V. la edición de las obras de este poeta publicada por Brunck 1783, en Strasburgo, tres vol. en 8.º; traducida al francés en 1784 o 1790 por Poinsinet de Sivry, cuatro vol. in-8º; por A. Ch. Brottier en su Théâtre des Grecs, t. 10-13; por Artaud, seis vol. in-32º o un vol. in-12, 1830; por Poyard, in-12, 1859. M. Fallex ha traducido en verso algunos fragmentos al francés con el título de Scènes d'Aristophane, in-12, 1859. De Aristophanis vita por Ranke, edición de Thiersch, Leipzig, 1830. De la Comédie d'Aristophane por Arnould, París 1842. En español el Sr. D. Salvador Costanzo, en su Historia universal, incluye algunas traducciones de este poeta. El Señor D. Alfredo Adolfo Camús, catedrático de la facultad de Filosofía y Letras, ha publicado un excelente estudio sobre el mismo en la Revista de la Universidad de Madrid
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